Hace 21 años un artero crimen consternó a Nacajuca y a toda la sociedad tabasqueña; una madre optó por asesinar a sus dos pequeños hijos aplicándoles la inyección letal, y aunque ella intentó suicidarse de la misma forma, de última hora se arrepintió y al comenzar a sentirse mal pidió auxilio para que la salvaran.
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Corría el año 2003 cuando la filicida, cuyo nombre es Shirley, a causa de un amor enfermizo decidió acabar con su vida y la de sus pequeños Karen Ivet y Jorge Iván, de seis y cuatro años de edad; para convencerlos, los invitó a visitar el cielo los tres juntos, en donde les aseguró que estarían mejor; pero al final no cumplió y sólo los asesinó a ellos. Para matarlos, Shirley utilizó la inyección Ripercolt; tras hacer labor de convencimiento, la primera víctima fue la niña, quien a su decir, no quería que la inyectara, pidiéndole que lo hiciera ella primero.
Obligó a los niños a inyectarse
"La niña no quería que la inyectara, ya que me pidió que yo lo hiciera primero y como no sentí dolor, le dije que le tocaba. La niña empezó a llorar, pero le dije que en el cielo estaríamos mejor, con un señor que nos protegería; entonces Karen me preguntó que si en aquel lugar habría un Mc Donald, respondiéndole que había uno mejor y más bonito, por lo que se dejó que la inyectara", narró antes de ingresar a la cárcel municipal de Nacajuca.
"La hiena", como era llamada en Bosques de Saloya, explicó que Jorge sí opuso mayor resistencia a aplicarse la sustancia: "Él puso más resistencia, hasta que en varias ocasiones después lo pude canalizar y a como pude le introduje la aguja en su piel”. Cometida su acción, dejó la televisión encendida y se inyectó, sin embargo no se introdujo toda la sustancia, y al sentir reacciones se bañó, se acostó y se durmió. Cuatro horas después se despertó, percatándose que los niños ya habían fallecido.
Ella se sentía mal, por lo cual entra al baño a vomitar, y le pide auxilio a una amiga, ya que no se quería morir; elementos de la Cruz Roja arribaron al domicilio para atenderla, y en ese momento fue cuando la delegada municipal descubrió el doble crimen. La escena era por demás escalofriante. Los cuerpos de ambos menores de edad yacían en el lugar, en medio de juguetes, un buró sobre el cual había una televisión; otro buró con cosméticos; una sábana a rayas; una toalla de baño; un ventilador de pedestal y un colchón que cubría la ventana.
La asesina fue detenida y puesta a disposición del Ministerio Público Investigador de Bosques de Saloya, quien refirió que mediante el oficio 120, sería consignada ante el juez penal de Nacajuca, por lo cual fue trasladada a los separos de la cárcel municipal, en donde amenazó con intentar suicidarse nuevamente.
"No soy mala, tengo miedo"
Luego de la consigna, Shirley fue trasladada al área de mujeres del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Nacajuca. Previo a ingresar pregunta al agente del Ministerio Público: "¿Hay mujeres malas aquí señor…? ¿Hay mujeres malas aquí señor licenciado…?", a lo que el MP respondió que no, y que ella estaría sola en ese espacio. Antes de entrar a la cárcel, en entrevista la homicida externó que tenía miedo de lo que pudiese ocurrir con ella dentro de los separos.
- - ¿Estás arrepentida?
- - “No, pero tengo miedo”.
- - ¿Por qué tienes miedo y a qué?
- - “No sé, habrá mujeres malas, tal vez alguna de ellas me lastime, creo que quieren matarme por lo que hice”.
- -¿Qué esperas que te hagan dentro del penal?
- - “Nada, tan solo que me dejen descansar un poco”.
- - ¿Extrañas a tus dos menores hijos?
- - “Yo quería ir al velorio, pero no pude, ya que me encontraba detenida en los separos de Bosques de Saloya”
- - ¿Si pudieras haber visto a tus hijos por última vez, sentirías arrepentimiento?
- - “Yo quería despedirme por última vez de ellos, pero sé lo que hice, y qué puedo decir, que tan solo quería matarme, pero luego lo pensé y les mencioné a mis hijos que estaríamos en un mejor lugar”.
Al ser cuestionada sobre el motivo por el cual optó por no inyectarse la dosis completa de la sustancia letal, su respuesta fue:
- - “No sé, tal vez no era mi destino, ya que Dios me dejó viva”.
- -¿Crees en Dios?
- No respondió y se tapó la cara con las manos
- -¿Qué esperas ahora?
- - “Nada, que me comprendan”.
- -¿Vas a intentar suicidarte?
- - “Tal vez, pero no sé cuándo, quizás lo intente hacer aquí”-
- -¿Cómo te matarías, si es que lo decides hacer?
- - “Hay muchas formas, pero, ya deje de molestarme.
"Shirley no está loca"
Por su parte, la hermana de la infanticida aseguró que su hermana no estaba loca, y que si había cometido el crimen era a causa de un amor enfermizo, por lo cual merecía pagar por lo que había hecho. La homicida se encontraba casada con un desconocido; quien dijo ser su legítimo esposo dijo que ella acostumbraba a hacer dramas, y que era buena actuando cuando se lo proponía.
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Que al poco tiempo se enteró que se había juntado o casado con un sujeto llamado Jorge "N", con quien tuvo los dos niños que asesinó, y de igual manera, supo que tenía un amasiato con otro individuo de nombre Lorenzo "N", quien era casado y tenía familia en Palenque, Chiapas.