Era la noche del 23 de septiembre del 2008. El locutor Alejandro Zenón Fonseca, más conocido como “El Padrino”, se encontraba en el crucero de las avenidas Paseo Tabasco y Adolfo Ruiz Cortines colocando una manta en contra de los secuestros que ocurrían en la entidad, cuando fue herido de muerte por sicarios del grupo criminal Los Zetas, y aunque fue trasladado aún con vida a una clínica particular, los médicos no pudieron salvarlo.
El Padrino Fonseca tenía su programa radiofónico, cuyas transmisiones iniciaron en 2001 en Radio Tabasco, y posteriormente en EXA FM de Tabasco, en donde compartía pensamientos religiosos y mensajes motivacionales.
En ese espacio compartía además, música, reflexiones y entretenimiento y noticias. Muy a su estilo, tenía el don para entretener a un auditorio de todas las edades. Las mujeres eran las que más recurrían a él para pedirle un consejo.
Apodado “El Padrino” por apadrinar proyectos y por la forma peculiar de referirse a sus amigos con apelativos familiares como primo o hermano, el también periodista salía en un convertible a saludar a los niños oculto bajo la máscara de El Santo. Incluso llegó a pensar en lanzarse en busca de la gubernatura de Tabasco.
Eran buenos tiempos para el programa de El Padrino. La audiencia crecía mientras que la entidad veía amenazada su tranquilidad por el arribo de la organización criminal de Los Zetas, que por efecto cucaracha, se trasladó desde otras regiones del país, y comenzó a secuestrar y extorsionar.
El grupo delincuencial intentó extorsionarlo, pero lejos de acceder, el locutor alzó la voz. Inició una campaña de rechazo a la violencia, a la cual invitó a su audiencia, para que se sumaran. Creía que el gobierno del estado, en ese entonces en manos del PRI bajo la tutela del actual candidato a la alcaldía de Centro, Andrés Granier, quería combatir al crimen y necesitaba el apoyo de la gente.
El día de los hechos que derivaron en su muerte, Fonseca colocó en varios cruceros de Villahermosa lonas en repudio a los actos criminales que comenzaban a apoderarse de la entidad.
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En las mantas identificadas con su logotipo, se podían leer frases como “¡No al secuestro, a la impunidad, a las mentiras!”, “El secuestrador vive hasta que el ciudadano quiere”, “Gobernador Químico Granier: Estamos con usted. Viva Tabasco”.
Al momento de los hechos, alrededor de las nueve de la noche, Alejandro se encontraba sobre la batea de una camioneta, se disponía a colgar la última lona en el crucero de Paseo Tabasco y Ruiz Cortines, posterior a lo cual pretendía iniciar un plantón para recolectar firmas contra la violencia.
En ese momento, se acercó una camioneta Patriot, color azul, con placas de Texas, Estados Unidos con cuatro sujetos a bordo, quienes lo amagaron.
– Padrino, ¡Quita la lona y bájate! -le gritó apuntándole con una R-15 Ricardo Ortiz, alias El Pitufo, jefe de una célula de Zetas y quien fue detenido en octubre de ese mismo año.
– Estoy trabajando, déjame chambear -contestó Fonseca, mirando directamente a su agresor, antes de que le disparara. Acto seguido, le dieron el tiro y se fueron.
Fue trasladado consciente a un hospital privado, a donde llegó aún con vida, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarlo. Murió por la madrugada del día siguiente cuando era intervenido por el balazo que llegó a su estómago.
Peritos de la Procuraduría de Justicia del Estado recogieron en la escena del crimen un cargador de fusil R-15 que abandonaron los sicarios en su huida.
Para noviembre de 2008, la Procuraduría General de Justicia esclareció el asesinato de Zenón Fonseca al capturar al presunto autor material del crimen, al igual que a sus cómplices, y determinar que, luego de intensas pesquisas, el grupo de criminales estaba vinculado con otros actos delictivos ocurridos en la entidad.
El entonces procurador, Rafael González Lastra, informó que el homicida del locutor era Ricardo López Ortiz y/o Fernando Sandoval Martínez alias El Richar y/o El Pitufo, quien además fue identificado como jefe del grupo de sicarios y principal ejecutor de Los Zetas en Tabasco, quien fue aprehendido el jueves 30 de octubre.
Junto con el principal operador de la banda delictiva, fueron capturados Francisco Javier Ruiz González alias El Mohicano, Arsenio Rosales Shilón y Ageo Shilón Gómez, todos ellos relacionados con Roberto Sánchez Guzmán alias El Pecas y Patricia Pizaña
Alvarado y/o Nicole Aguilera Díaz alias La Chanchunfla, ambos detenidos el miércoles 22 de octubre por la probable comisión de los delitos de tentativa de secuestro y robo con violencia.