/ viernes 6 de septiembre de 2024

15 años sin Pepe Fuentes: Entrevista a padres de ‘El Chelo Satán’

Se cumplieron 15 años del multihomicidio que sacudió a Tabasco, un crimen que aún deja interrogantes y cuyas repercusiones políticas y sociales persisten

Tras el asesinato de José Fuentes Esperón y su familia el 5 de septiembre de 2009, fueron detenidos tres sujetos, entre ellos Marco "N", conocido en ese entonces como “El Chelo Satán”, quien al momento de su detención era menor de edad. Aunque las autoridades lo señalan como uno de los probables asesinos de la familia Fuentes Argüelles, sus padres sostenían que era un hijo modelo, así lo hicieron saber, y otros detalles del joven, en una entrevista realizada por el escritor y periodista Ángel Vega, un mes después del crimen que consternó a Tabasco.

I

El hogar de la familia en la privada Tucanes número 31 está abandonado desde hace ya un mes. Un mes exacto desde el brutal asesinato de la familia Fuentes Arguelles. Es una hermosa casa estilo californiano, de tres niveles, con techos a dos aguas, un amplio hall y alberca. Es casi impensable que sólo a unos metros, hace unos cuantos días, haya ocurrido un hecho tan atroz que cimbró a la sociedad tabasqueña.

Lee más: 15 años sin Pepe Fuentes: 10 claves para entender el atroz crimen

“Nosotros nos enteramos de este suceso lamentable el sábado 6 de septiembre. Prácticamente no sabíamos nada, nos enteramos porque vimos a la policía entrar a la privada. Una noche antes...fue una noche normal como cualquier otra para nosotros. Nuestra vida ha sido tranquila, de hogar...sin alteraciones. Los fines de semana nos vamos al cine, a fiestas...en fin. Como cualquier otro viernes llegamos a casa, mi hijo llega de la escuela normalmente a las seis y media. Como a las siete de la noche nos encontrábamos en el jardín de la privada, mis hijos, mi esposa y yo... ese viernes nos despedimos como cualquier otro día, y nos fuimos a dormir.

--“Marco llegó a las seis y media de la escuela..."

--¿Marco tenía horario de llegada?

--“Normalmente nos avisa...si no estoy yo, está la mamá, que es con quien tiene un poquito más de confianza...mi esposa es la que me comunica si lo invitaron a algún lado, si va a tardar...tratamos de estar siempre enterados”.

--¿Conocen ustedes a las amistades de Marco? ¿Sabe con quién se junta en la escuela, quienes son sus amigos?

--“Lo normal, tenía amigos, compañeros de la escuela que llegaban a la casa...él estuvo desde chiquito en el Cendi Cielito, posteriormente se fue al colegio Paidos, en las escuelitas él ha ido haciendo amistades, pero cuando uno cambia de escuela se dejan de frecuentar a los amigos...luego mi hijo se va al colegio Tabasco, de allí los pasamos al colegio México... ¿por qué los cambios de escuela? Yo quería que se fuera relacionando poco a poco”.

--¿Alguna vez su hijo tuvo algún tipo de relación con Ricardo "N", el vigilante de la Privada Tucanes?

--“No... el vigilante siempre fue el vigilante. Amistad…no, no tuvo con él. Lo saludábamos al entrar porque el respeto siempre es el respeto. Buenas tardes, buenos días joven…y es todo.

--¿Qué hay de Julio César "N", el otro implicado?

--“Julio iba en el colegio, en el plantel I, pero él iba en el quinto semestre, y eso lo sabemos porque la directora del plantel nos lo comentó. Nunca lo había yo visto, hasta el día del primer careo.

--¿Escucharon algo la noche en que ocurrió el crimen?

--“No. Nada en lo absoluto. Al otro día, que fue sábado, mi hijo se fue al gimnasio propiedad de un vecino de nosotros, está aquí por la Deportiva. Marco se fue como a las siete de la mañana y regresó a las ocho y media. En ese momento nosotros no sabíamos absolutamente nada, no había ningún alboroto todavía. Salimos a cortar el pasto, a limpiar la alberca…

--¿En qué momento se enteran que sus vecinos habían sido asesinados?

--“Estábamos aquí en la casa, junto a la alberca. Empezó a haber mucho alboroto. Entonces le digo yo a mi esposa: hay mucho movimiento allá afuera, a ver asómate. Y entonces mi mujer se asoma y me dice que hay muchos policías. Se acerca un señor vestido de civil y nos pregunta: ¿Oiga, no escucharon ustedes absolutamente nada? Mi esposa le responde que no, y le pregunta que por qué.

Porque acaban de matar a toda la familia de Pepe Fuentes, fue la respuesta.

II

Paréntesis. Una semana antes de la entrevista, los padres de Marco "N", coacusado por el asesinato de la familia Fuentes Arguelles junto con Ricardo "N" y Julio Cesar "N". Querían saber a cerca de la procedencia del video que circuló ampliamente en Internet, por medio de correos electrónicos, en el que aparece su hijo respondiendo preguntas frente a la cámara de un teléfono celular, en la mesa de guardia de la policía Ministerial. El texto que acompañaba el video decía que Marco había sido llevado allí por su propio padre, debido al robo de unas joyas familiares. Aclaración: ese robo nunca existió, estaban allí a consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido casi dos meses antes del magnicidio. A Marco lo filma un policía que, según don Jesús, ya está demandado por el abuso. El por qué aquel policía conservó el video tanto tiempo y con qué fin lo reveló, permanece hasta ahora en el misterio.

“Queremos que publiquen la verdad”

La pareja mostró una cara de Marco que hasta ahora no ha aparecido en los medios. Entonces las fotos y los documentos brotan a borbotones sobre la mesa. El cumpleaños feliz, el campamento en Canadá, las certificaciones de artes marciales. Las cartas de buena conducta. Cinco días después, durante la entrevista realizada en la casa de la privada Tucanes número 31 se repite la historia: la vida de Marco "N" documentada por los progenitores con rigor de historiadores, ordenadas en folders y con sus respectivas fotocopias. Después de eso no queda mucho del “Chelo Satán” mediático ni tampoco del “autor intelectual” que exhibió la Procuraduría. Hay cartulinas y dibujos infantiles que don Jesús "N" y su esposa no pueden mostrar sin que se les arrasen los ojos. Hechas a mano, de puño y letra del niño que hoy en día duerme custodiado por policías día y noche en los separos del tutelar, acusado de planear un multihomicidio. “Bienvenido a casa, papá” dicen.

Te puede interesar: Pepe Fuentes: el crimen político que cimbró a Tabasco

III

--“Cuando supimos del asesinato, mi hija se pone a llorar. Mi esposa también. Salimos de la casa y lloramos juntos al ver a tantos policías, tanto caos. Nos consternó la noticia”.

--¿Cual fue la reacción de Marco cuando se enteró del crimen?

--“Su reacción fue como la mía y la de mi esposa… de total incredulidad. No lo creíamos, vivimos al lado…pensamos, ¿por qué a ellos? ¿Será que no se equivocaron y venían por nosotros? Nos preguntábamos muchas cosas…tan cerquita que estuvimos que no lo podíamos entender”.

--¿Se han preguntado por qué a su hijo, por qué a ustedes?

--“Eso es lo que queremos saber. Queremos la verdad”

IV

“Nos detuvieron el sábado como a las nueve de la noche. Fue adentro de la casa, nos sacaron a mí y a mi hijo. Llegó la policía, estaban vestidos de civiles. Uno de ellos se identificó conmigo y me dijo que si yo era el papá de Marco y yo le dije que sí. Me dice: Oiga, y ¿no le podrá llamar tantito por favor? Y yo le digo: si, con gusto, permítame tantito. Y yo lo invito a pasar.

--¿En ese momento no se imaginó que venían a detener a su hijo? ¿No se le ocurrió preguntarle para qué quería verlo?

--“No, adelante, les dije que pasaran. En ese momento entra también uno de mis vecinos. Cuando baja mi hijo, le dicen que si puede identificar a unas personas que traen en un vehículo. Y yo le dije: ¿por qué mejor no los pasa? Me dice, no, mejor chéquenlos por favor…allí empezó a hablar en plural…entonces le pregunto que cuál era el motivo, y me responde: pues el motivo es que nos los vamos a llevar, y allí nos suben a golpes a una camioneta Pick up roja, mi vecino se asusta y se va, y a nosotros nos llevan a la Procuraduría. A mí me dijo uno de los comandantes: te tenemos filmado a ti y a tu hijo violando a la señora (Lilián Arguelles). Le respondí: ¿a sí? Pues entonces me vas a sostener lo que me estás diciendo a donde vayamos…llegamos a las diez de la noche a la Procuraduría”.

Y allí comenzó la pesadilla y el calvario de una familia.

V

“Mi esposa estaba en la entrada de la privada Tucanes cuando la policía llegó por nosotros. En la Procuraduría, a mí me meten a donde está la mesa de guardia, y a mi hijo lo pasan a la parte de atrás, a donde dicen que están los separos. Allí lo torturaron. Lo acostaron en forma de cristo, con los brazos abiertos. Un policía le pisó el dedo meñique y se lo machacó contra el suelo como si fuera una chinanpina.”

¿Usted presenció o escuchó la tortura de su hijo?

“No, él posteriormente nos platica todo...”

Interviene la señora. La vivacidad de sus ojos verdes no se opaca con el semblante afligido de una madre que lleva días soportando desvelos, penurias, agravios.

“Le cubrieron la cabeza con una bolsa y le amarraron una cinta al cuello. Luego lo pusieron de cabeza. Le taparon la cara con una toalla y le empezaron a echar agua en la nariz. Lo golpearon en el estómago, le dieron cachetadas en la cara, tenía las huellas de los dedos marcadas en su cara. No sé cuánto tiempo duró así porque no pudimos tener contacto con él desde que se lo llevaron.

Don Jesús "N": “También hubo tortura psicológica. Me incomunicaron a mí junto con él. A las tres de la madrugada estaba yo en la mesa de guardia. Me dieron ganas de ir al baño y le pido el favor al jefe de guardia. Salgo, pero custodiado por otra persona. Como a esa hora escuché unos disparos. El jefe de guardia se llevó la mano a su arma y entonces dice: ¿qué pasó? ¿Qué pasa? No lo sé, le contesto. Yo también me sobresalté. Al día siguiente, cuando por fin pude ver a mi hijo en la Ampea, me dice: Papá, qué bueno que no estás muerto...me dijeron (los policías) que te habían matado como perro...yo escuché los disparos”.

“En otra ocasión le dijeron a mi hijo que corriera cincuenta metros rumbo a un helicóptero que tienen dentro del patio de la misma Procuraduría: ándale, córrele, total, nosotros te disparamos y vamos a decir que te quisiste escapar.

“Desde la hora en que se lo llevaron no tuvimos contacto con el niño hasta el día siguiente, domingo siete, en la Ampea. Cuatro judiciales lo custodiaban. Llegamos para llevarle algo de comer. El niño estaba muy sucio, golpeado, asustado. No quiso comer. Bajaba la cabeza, lloraba en silencio, con los ojos como que nos quería decir algo. Lo abrazábamos para que él nos pudiera hablar en voz baja: es que los policías me dijeron que si yo decía algo de lo que me hicieron, me iban a partir la madre”.

VI

Para no ser político, don Jesús tiene bastantes fotografías con personajes de la vida pública de Tabasco. Y es que él mismo se asume como un empresario -en este momento inactivo- que por sus negocios y participaciones en exposiciones y eventos ha tenido que hacer contacto con los hombres en el poder. Comenta: “Algunos me dirán barbero, pero no son más que coincidencias en eventos, en los que hay que saludarse”.

Allí están las fotos, los documentos. “Las fotos hablan por sí solas”, diría más adelante don Jesús al abrir su historia gráfica familiar. Hay algunas tomadas en eventos deportivos, y otras que fácilmente podrían haber sido portada de una sección de sociales.

Gente bonita, fechas festivas, caras sonrientes. Desde esa óptica, parece inexplicable cómo Marco "N" pasó de niño modelo a ser uno de los tres implicados en el salvaje asesinato de una prominente familia de cuatro miembros.

Incluso en una foto tamaño postal, el ex gobernador Manuel Andrade Díaz está saludando de beso al pequeño Marco.

También, de su puño y letra y como parte de un ejercicio escolar, Marco realizó un pequeño álbum con explicaciones sobre las fotografías.

“Cuando cumplí un año, en la casa de mi abuelita, con mis primos y el chiquito que está en la mesa, es mi primo el de México con mi tía”, puede leerse en una.

“Esta foto cuando cumplí dos años en la casa de mi abuelita, con mi papá, mi mamá y el pastel era de chocolate...”

“En esta foto estoy con mi tío quien me tomó la foto, y estoy en la casa de mi abuelita en la alberca estaba yo chiquito y flaquito...”

“En mi casa con mi familia en navidad, Mi papá, mi mamá, mi hermanita y yo. Antes de la cena...”

VII

En un cuaderno escolar, fechado el 27 de agosto de este año, Marco "N" escribió su tarea: “Tips para tomar y aplicar valores”, y cita entre otros la “tolerancia”, el “amor” y la “libertad”. De ésta última desprende una conclusión: “Asumirás las consecuencias de tus actos”, dice. Disciplina y perseverancia, también la pueden probar: Marco Iván llegó a ser cinta negra en Tae Kwon Do, su deporte desde la infancia.

Al igual que este, la familia también exhibe documentos de los diferentes planteles escolares en los que ha cursado estudios su hijo. Son demasiadas escuelas como para no levantar suspicacias, pero su padre, don Jesús, sostiene la teoría aspiracional. “Uno busca lo mejor para sus hijos, y ese ir cambiando de escuela es ir escalando hacia algo mejor”.

“Mucha gente ha especulado sobre nosotros. Que si somos una familia desunida, que si somos esto o aquello. Aquí están las cartas, los documentos. Espero que esto lo publiquen, que publiquen quién es realmente la familia”.

Tal vez el documento más revelador -y tal vez más controversial- que poseen sobre su vástago es un examen antidoping practicado en los laboratorios La Chontalpa fechado el siete de julio de este año. La prueba revela reacciones negativas a anfetaminas en orina, cocaína, marihuana, fenciclidina, etanol y opiáceos. Se le pregunta si sospechaba que su hijo usaba drogas.

“No precisamente...aquí hay exámenes generales de mi hijo, de mi hija, míos también...no se puede decir que por que yo dudaba de mi hijo le mandé a hacer esos exámenes...tengo un examen general de orina, reacciones febriles, examen a drogas, química sanguínea, biometría hemática... tenemos los del 2006, los del 2008 y 2009, están los exámenes de mi hija también. Ella aquí no tiene la prueba de drogas...me preguntaron la vez pasada que por qué no se los hice a ella, la verdad es que en ese momento no me alcanzó el dinero...estoy pasando por problemas económicos...yo les hago los exámenes a raíz de un programa de televisión en el que me entero que una escuela les hace este tipo de pruebas a todo su alumnado...yo les empiezo a hacer estos estudios porque, si en una escuela ya empezaron a hacer ese tipo de pruebas, no tardan en empezarlos a pedir...cuando lo hagan, pues yo voy a tener exámenes de ellos”.

VIII

“Lo llevaron (los policías) al domicilio de los hoy occisos (los Fuentes Arguelles) para la reconstrucción de hechos. Lo hicieron tocar absolutamente todo. Todo. Puertas, apagadores... es más, nos dijo (Marco) que lo hicieron tocar los cuerpos en el Semefo. Lo pasaron a que tocara los cuatro cuerpos. Anda, toca los cuerpos, le dijeron, y él tuvo que hacerlo. La camioneta, la Hummer, también hicieron que la tocara. Luego vio cómo le pusieron un barniz, o una especie de polvo para sacar las huellas, y que la camioneta está toda negra... ah, y también lo del cabello...”

La señora abunda: “En la Procuraduría lo hicieron que se arrancara cabello. El les dijo (a los policías) ¿pero por qué mejor no me lo cortan? Y le respondieron que no, que tenía que arrancárselo. Obedeció. Pusieron el pelo en una bolsa. Luego trajeron unos pasamontañas y en ellos pusieron el cabello de Marco Iván...”

Tras el asesinato de José Fuentes Esperón y su familia el 5 de septiembre de 2009, fueron detenidos tres sujetos, entre ellos Marco "N", conocido en ese entonces como “El Chelo Satán”, quien al momento de su detención era menor de edad. Aunque las autoridades lo señalan como uno de los probables asesinos de la familia Fuentes Argüelles, sus padres sostenían que era un hijo modelo, así lo hicieron saber, y otros detalles del joven, en una entrevista realizada por el escritor y periodista Ángel Vega, un mes después del crimen que consternó a Tabasco.

I

El hogar de la familia en la privada Tucanes número 31 está abandonado desde hace ya un mes. Un mes exacto desde el brutal asesinato de la familia Fuentes Arguelles. Es una hermosa casa estilo californiano, de tres niveles, con techos a dos aguas, un amplio hall y alberca. Es casi impensable que sólo a unos metros, hace unos cuantos días, haya ocurrido un hecho tan atroz que cimbró a la sociedad tabasqueña.

Lee más: 15 años sin Pepe Fuentes: 10 claves para entender el atroz crimen

“Nosotros nos enteramos de este suceso lamentable el sábado 6 de septiembre. Prácticamente no sabíamos nada, nos enteramos porque vimos a la policía entrar a la privada. Una noche antes...fue una noche normal como cualquier otra para nosotros. Nuestra vida ha sido tranquila, de hogar...sin alteraciones. Los fines de semana nos vamos al cine, a fiestas...en fin. Como cualquier otro viernes llegamos a casa, mi hijo llega de la escuela normalmente a las seis y media. Como a las siete de la noche nos encontrábamos en el jardín de la privada, mis hijos, mi esposa y yo... ese viernes nos despedimos como cualquier otro día, y nos fuimos a dormir.

--“Marco llegó a las seis y media de la escuela..."

--¿Marco tenía horario de llegada?

--“Normalmente nos avisa...si no estoy yo, está la mamá, que es con quien tiene un poquito más de confianza...mi esposa es la que me comunica si lo invitaron a algún lado, si va a tardar...tratamos de estar siempre enterados”.

--¿Conocen ustedes a las amistades de Marco? ¿Sabe con quién se junta en la escuela, quienes son sus amigos?

--“Lo normal, tenía amigos, compañeros de la escuela que llegaban a la casa...él estuvo desde chiquito en el Cendi Cielito, posteriormente se fue al colegio Paidos, en las escuelitas él ha ido haciendo amistades, pero cuando uno cambia de escuela se dejan de frecuentar a los amigos...luego mi hijo se va al colegio Tabasco, de allí los pasamos al colegio México... ¿por qué los cambios de escuela? Yo quería que se fuera relacionando poco a poco”.

--¿Alguna vez su hijo tuvo algún tipo de relación con Ricardo "N", el vigilante de la Privada Tucanes?

--“No... el vigilante siempre fue el vigilante. Amistad…no, no tuvo con él. Lo saludábamos al entrar porque el respeto siempre es el respeto. Buenas tardes, buenos días joven…y es todo.

--¿Qué hay de Julio César "N", el otro implicado?

--“Julio iba en el colegio, en el plantel I, pero él iba en el quinto semestre, y eso lo sabemos porque la directora del plantel nos lo comentó. Nunca lo había yo visto, hasta el día del primer careo.

--¿Escucharon algo la noche en que ocurrió el crimen?

--“No. Nada en lo absoluto. Al otro día, que fue sábado, mi hijo se fue al gimnasio propiedad de un vecino de nosotros, está aquí por la Deportiva. Marco se fue como a las siete de la mañana y regresó a las ocho y media. En ese momento nosotros no sabíamos absolutamente nada, no había ningún alboroto todavía. Salimos a cortar el pasto, a limpiar la alberca…

--¿En qué momento se enteran que sus vecinos habían sido asesinados?

--“Estábamos aquí en la casa, junto a la alberca. Empezó a haber mucho alboroto. Entonces le digo yo a mi esposa: hay mucho movimiento allá afuera, a ver asómate. Y entonces mi mujer se asoma y me dice que hay muchos policías. Se acerca un señor vestido de civil y nos pregunta: ¿Oiga, no escucharon ustedes absolutamente nada? Mi esposa le responde que no, y le pregunta que por qué.

Porque acaban de matar a toda la familia de Pepe Fuentes, fue la respuesta.

II

Paréntesis. Una semana antes de la entrevista, los padres de Marco "N", coacusado por el asesinato de la familia Fuentes Arguelles junto con Ricardo "N" y Julio Cesar "N". Querían saber a cerca de la procedencia del video que circuló ampliamente en Internet, por medio de correos electrónicos, en el que aparece su hijo respondiendo preguntas frente a la cámara de un teléfono celular, en la mesa de guardia de la policía Ministerial. El texto que acompañaba el video decía que Marco había sido llevado allí por su propio padre, debido al robo de unas joyas familiares. Aclaración: ese robo nunca existió, estaban allí a consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido casi dos meses antes del magnicidio. A Marco lo filma un policía que, según don Jesús, ya está demandado por el abuso. El por qué aquel policía conservó el video tanto tiempo y con qué fin lo reveló, permanece hasta ahora en el misterio.

“Queremos que publiquen la verdad”

La pareja mostró una cara de Marco que hasta ahora no ha aparecido en los medios. Entonces las fotos y los documentos brotan a borbotones sobre la mesa. El cumpleaños feliz, el campamento en Canadá, las certificaciones de artes marciales. Las cartas de buena conducta. Cinco días después, durante la entrevista realizada en la casa de la privada Tucanes número 31 se repite la historia: la vida de Marco "N" documentada por los progenitores con rigor de historiadores, ordenadas en folders y con sus respectivas fotocopias. Después de eso no queda mucho del “Chelo Satán” mediático ni tampoco del “autor intelectual” que exhibió la Procuraduría. Hay cartulinas y dibujos infantiles que don Jesús "N" y su esposa no pueden mostrar sin que se les arrasen los ojos. Hechas a mano, de puño y letra del niño que hoy en día duerme custodiado por policías día y noche en los separos del tutelar, acusado de planear un multihomicidio. “Bienvenido a casa, papá” dicen.

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III

--“Cuando supimos del asesinato, mi hija se pone a llorar. Mi esposa también. Salimos de la casa y lloramos juntos al ver a tantos policías, tanto caos. Nos consternó la noticia”.

--¿Cual fue la reacción de Marco cuando se enteró del crimen?

--“Su reacción fue como la mía y la de mi esposa… de total incredulidad. No lo creíamos, vivimos al lado…pensamos, ¿por qué a ellos? ¿Será que no se equivocaron y venían por nosotros? Nos preguntábamos muchas cosas…tan cerquita que estuvimos que no lo podíamos entender”.

--¿Se han preguntado por qué a su hijo, por qué a ustedes?

--“Eso es lo que queremos saber. Queremos la verdad”

IV

“Nos detuvieron el sábado como a las nueve de la noche. Fue adentro de la casa, nos sacaron a mí y a mi hijo. Llegó la policía, estaban vestidos de civiles. Uno de ellos se identificó conmigo y me dijo que si yo era el papá de Marco y yo le dije que sí. Me dice: Oiga, y ¿no le podrá llamar tantito por favor? Y yo le digo: si, con gusto, permítame tantito. Y yo lo invito a pasar.

--¿En ese momento no se imaginó que venían a detener a su hijo? ¿No se le ocurrió preguntarle para qué quería verlo?

--“No, adelante, les dije que pasaran. En ese momento entra también uno de mis vecinos. Cuando baja mi hijo, le dicen que si puede identificar a unas personas que traen en un vehículo. Y yo le dije: ¿por qué mejor no los pasa? Me dice, no, mejor chéquenlos por favor…allí empezó a hablar en plural…entonces le pregunto que cuál era el motivo, y me responde: pues el motivo es que nos los vamos a llevar, y allí nos suben a golpes a una camioneta Pick up roja, mi vecino se asusta y se va, y a nosotros nos llevan a la Procuraduría. A mí me dijo uno de los comandantes: te tenemos filmado a ti y a tu hijo violando a la señora (Lilián Arguelles). Le respondí: ¿a sí? Pues entonces me vas a sostener lo que me estás diciendo a donde vayamos…llegamos a las diez de la noche a la Procuraduría”.

Y allí comenzó la pesadilla y el calvario de una familia.

V

“Mi esposa estaba en la entrada de la privada Tucanes cuando la policía llegó por nosotros. En la Procuraduría, a mí me meten a donde está la mesa de guardia, y a mi hijo lo pasan a la parte de atrás, a donde dicen que están los separos. Allí lo torturaron. Lo acostaron en forma de cristo, con los brazos abiertos. Un policía le pisó el dedo meñique y se lo machacó contra el suelo como si fuera una chinanpina.”

¿Usted presenció o escuchó la tortura de su hijo?

“No, él posteriormente nos platica todo...”

Interviene la señora. La vivacidad de sus ojos verdes no se opaca con el semblante afligido de una madre que lleva días soportando desvelos, penurias, agravios.

“Le cubrieron la cabeza con una bolsa y le amarraron una cinta al cuello. Luego lo pusieron de cabeza. Le taparon la cara con una toalla y le empezaron a echar agua en la nariz. Lo golpearon en el estómago, le dieron cachetadas en la cara, tenía las huellas de los dedos marcadas en su cara. No sé cuánto tiempo duró así porque no pudimos tener contacto con él desde que se lo llevaron.

Don Jesús "N": “También hubo tortura psicológica. Me incomunicaron a mí junto con él. A las tres de la madrugada estaba yo en la mesa de guardia. Me dieron ganas de ir al baño y le pido el favor al jefe de guardia. Salgo, pero custodiado por otra persona. Como a esa hora escuché unos disparos. El jefe de guardia se llevó la mano a su arma y entonces dice: ¿qué pasó? ¿Qué pasa? No lo sé, le contesto. Yo también me sobresalté. Al día siguiente, cuando por fin pude ver a mi hijo en la Ampea, me dice: Papá, qué bueno que no estás muerto...me dijeron (los policías) que te habían matado como perro...yo escuché los disparos”.

“En otra ocasión le dijeron a mi hijo que corriera cincuenta metros rumbo a un helicóptero que tienen dentro del patio de la misma Procuraduría: ándale, córrele, total, nosotros te disparamos y vamos a decir que te quisiste escapar.

“Desde la hora en que se lo llevaron no tuvimos contacto con el niño hasta el día siguiente, domingo siete, en la Ampea. Cuatro judiciales lo custodiaban. Llegamos para llevarle algo de comer. El niño estaba muy sucio, golpeado, asustado. No quiso comer. Bajaba la cabeza, lloraba en silencio, con los ojos como que nos quería decir algo. Lo abrazábamos para que él nos pudiera hablar en voz baja: es que los policías me dijeron que si yo decía algo de lo que me hicieron, me iban a partir la madre”.

VI

Para no ser político, don Jesús tiene bastantes fotografías con personajes de la vida pública de Tabasco. Y es que él mismo se asume como un empresario -en este momento inactivo- que por sus negocios y participaciones en exposiciones y eventos ha tenido que hacer contacto con los hombres en el poder. Comenta: “Algunos me dirán barbero, pero no son más que coincidencias en eventos, en los que hay que saludarse”.

Allí están las fotos, los documentos. “Las fotos hablan por sí solas”, diría más adelante don Jesús al abrir su historia gráfica familiar. Hay algunas tomadas en eventos deportivos, y otras que fácilmente podrían haber sido portada de una sección de sociales.

Gente bonita, fechas festivas, caras sonrientes. Desde esa óptica, parece inexplicable cómo Marco "N" pasó de niño modelo a ser uno de los tres implicados en el salvaje asesinato de una prominente familia de cuatro miembros.

Incluso en una foto tamaño postal, el ex gobernador Manuel Andrade Díaz está saludando de beso al pequeño Marco.

También, de su puño y letra y como parte de un ejercicio escolar, Marco realizó un pequeño álbum con explicaciones sobre las fotografías.

“Cuando cumplí un año, en la casa de mi abuelita, con mis primos y el chiquito que está en la mesa, es mi primo el de México con mi tía”, puede leerse en una.

“Esta foto cuando cumplí dos años en la casa de mi abuelita, con mi papá, mi mamá y el pastel era de chocolate...”

“En esta foto estoy con mi tío quien me tomó la foto, y estoy en la casa de mi abuelita en la alberca estaba yo chiquito y flaquito...”

“En mi casa con mi familia en navidad, Mi papá, mi mamá, mi hermanita y yo. Antes de la cena...”

VII

En un cuaderno escolar, fechado el 27 de agosto de este año, Marco "N" escribió su tarea: “Tips para tomar y aplicar valores”, y cita entre otros la “tolerancia”, el “amor” y la “libertad”. De ésta última desprende una conclusión: “Asumirás las consecuencias de tus actos”, dice. Disciplina y perseverancia, también la pueden probar: Marco Iván llegó a ser cinta negra en Tae Kwon Do, su deporte desde la infancia.

Al igual que este, la familia también exhibe documentos de los diferentes planteles escolares en los que ha cursado estudios su hijo. Son demasiadas escuelas como para no levantar suspicacias, pero su padre, don Jesús, sostiene la teoría aspiracional. “Uno busca lo mejor para sus hijos, y ese ir cambiando de escuela es ir escalando hacia algo mejor”.

“Mucha gente ha especulado sobre nosotros. Que si somos una familia desunida, que si somos esto o aquello. Aquí están las cartas, los documentos. Espero que esto lo publiquen, que publiquen quién es realmente la familia”.

Tal vez el documento más revelador -y tal vez más controversial- que poseen sobre su vástago es un examen antidoping practicado en los laboratorios La Chontalpa fechado el siete de julio de este año. La prueba revela reacciones negativas a anfetaminas en orina, cocaína, marihuana, fenciclidina, etanol y opiáceos. Se le pregunta si sospechaba que su hijo usaba drogas.

“No precisamente...aquí hay exámenes generales de mi hijo, de mi hija, míos también...no se puede decir que por que yo dudaba de mi hijo le mandé a hacer esos exámenes...tengo un examen general de orina, reacciones febriles, examen a drogas, química sanguínea, biometría hemática... tenemos los del 2006, los del 2008 y 2009, están los exámenes de mi hija también. Ella aquí no tiene la prueba de drogas...me preguntaron la vez pasada que por qué no se los hice a ella, la verdad es que en ese momento no me alcanzó el dinero...estoy pasando por problemas económicos...yo les hago los exámenes a raíz de un programa de televisión en el que me entero que una escuela les hace este tipo de pruebas a todo su alumnado...yo les empiezo a hacer estos estudios porque, si en una escuela ya empezaron a hacer ese tipo de pruebas, no tardan en empezarlos a pedir...cuando lo hagan, pues yo voy a tener exámenes de ellos”.

VIII

“Lo llevaron (los policías) al domicilio de los hoy occisos (los Fuentes Arguelles) para la reconstrucción de hechos. Lo hicieron tocar absolutamente todo. Todo. Puertas, apagadores... es más, nos dijo (Marco) que lo hicieron tocar los cuerpos en el Semefo. Lo pasaron a que tocara los cuatro cuerpos. Anda, toca los cuerpos, le dijeron, y él tuvo que hacerlo. La camioneta, la Hummer, también hicieron que la tocara. Luego vio cómo le pusieron un barniz, o una especie de polvo para sacar las huellas, y que la camioneta está toda negra... ah, y también lo del cabello...”

La señora abunda: “En la Procuraduría lo hicieron que se arrancara cabello. El les dijo (a los policías) ¿pero por qué mejor no me lo cortan? Y le respondieron que no, que tenía que arrancárselo. Obedeció. Pusieron el pelo en una bolsa. Luego trajeron unos pasamontañas y en ellos pusieron el cabello de Marco Iván...”

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