Un cuerpo en avanzado estado de putrefacción fue encontrado en una estética de Teapa el 5 de agosto de 2013, el nombre del occiso Miguel Ángel “N”, conocido también como Michell, la descomposición de la carne había eliminado todo rastro de su humanidad, el policía que encontró el cadáver no imaginó que en vida aquel bulto desagradable a la vista y mal oliente había ganado un certamen de belleza, el de ‘Flor Gay de Teapa’.
Lee más: El crimen de tres policías que custodiaban cajeros de CFE en Villahermosa
El drama de sus últimos momentos los había pasado en su negocio, aquel lugar donde llegaban clientas a darse ‘una manita de gato’, ahí en el piso yacía él, inerte, testigo mudo de los hechos, pero su estado no le permitía dar testimonio de los sucesos que lo llevaron a su trágico fin. El número 300 de la calle Jalapa del Fraccionamiento ‘Las Tejerías’ había dado un giro inesperado, de sitio lleno de risas y pláticas entre amigas y conocidas a espacio lleno de desolación.
Los que habían dado cuenta del suceso fueron los vecinos, no porque vieran los restos del fallecido, sino por el mal olor que salía del local, algunos presentían que aquel hedor anunciaba una desgracia, pero no se atrevían acercarse y resolver el misterio.
Una llamada alertó a la Policía Municipal, no especificaba sobre el asesinato solo daba cuenta del tufo, eso fue suficiente para que los agentes del orden se movilizaran, quienes al llegar hasta el salón de belleza se toparon con la víctima.
Las indagatorias comenzaron, preguntas que intentaban saber o crear un perfil de los hechos, las pesquisas iban acompañadas de respuestas de los lugareños, aunque no eran precisas y muchas de ellas cargadas de suposiciones que rayaban en el chisme, dentro de ellas había algo de verdad, que la última vez que vieron al individuo fue en compañía de un petrolero, un amigo suyo estilista y de su pareja.
Los peritos de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) hicieron su aparición para realizar los trabajados correspondientes, al comenzar encontraron que el desafortunado tenía golpes en el cráneo, en diversas partes del cuerpo y en los órganos sexuales, además de ocho puñaladas, lo que hacía ver que el crimen fue perpetrado con saña. Pese a la evidencia, las autoridades descartaron que se tratara de un crimen de transfobia, argumentaron que en todo caso los motivos fueron pasionales.
Agregaron que en el municipio los actos brutales contra el colectivo de diversidad sexual no se daban constantemente, y que el caso lo manejarían con discreción y cautela. Sin embargo, contrario a lo dicho por las autoridades, José Cruz Guzmán, presidente de Tabasqueños Unidos por la Diversidad y Salud Sexual (Tudysex) levantaba la voz y contradecía la versión oficial, sostenía que lo sucedido en aquel sitio había sido un crimen de odio, pues quien o quienes cometieron el inhumano acto, no se habían llevado nada.