La violencia parece no tener fin en el estado, las balas como mensajes de venganza se han extendido, incluso contra personas inocentes que solo han cometido el error de estar en la fecha y lugar equivocado.
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Los casos aquí expuestos son muestra de los ‘Tiempos violentos’ como mostraba la película de Quentin Tarantino, y obvio, que no se refería a Tabasco, pero, aunque parezca un comparativo sarcástico, las masacres que ha vivido la entidad encuadra en este obra de la pantalla grande.
A continuación se muestran algunos de estos hechos que acabaron con la vida de personas por grupos armados, que son las manos ejecutoras de organizaciones criminales
Tianguis de auto
El 22 de mayo de 2017 un tianguis de autos ubicado en el Periférico de Villahermosa se convirtió en la escena de un crimen. Las víctimas cinco personas. La atrocidad se le atribuyó al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Hasta el negocio de nombre ‘Autos Aladino’ llegaron unos sicarios, abrieron fuego contra los que ahí se encontraban. Aparte de la muerte por las balas, tres de ellos fueron decapitados, a la cadena de atrocidades se sumó que a los que lograron detener las autoridades, durante los interrogatorios admitieron haber comido carne de las víctimas
Un viernes 21 de julio de 2017 una mujer y tres hombres se encontraban debajo de un kiosko cuando llegó un comando armado y abrió fuego contra ellos, el hecho de sangre ocurrió en la colonia Gaviotas Norte.
Hasta el parque Domingo Colín de la citada demarcación unos sujetos descargaron sus armas de fuego contra presuntos distribuidores de enervantes y asaltantes, al parecer fueron casados.
Seis días después (27 de julio de 2017) Una persecución terminó en un enfrentamiento, a la altura del poblado C-23 de Cárdenas, los delincuentes decidieron abrir fuego contra los uniformados; la patrulla fue emboscada, el ataque sorpresa permitió a los perseguidos darse a la fuga.
La violencia continúa…
10 de abril de 2015. Un auto se desplazaba en la carretera Coatzacoalcos-Cárdenas, los tripulantes una familia, entre ellos un menor. Las placas de la camioneta pick up indicaban estado de Querétaro.
Sujetos armados viajaban en la misma cinta asfáltica, la intención era acabar con los que iban en la unidad particular. Logrando su cometido, al final, los fríos números indicaron los fallecimientos de un hombre, una mujer de 48 años, otra de aproximadamente 18 y un menor de edad.
14 de agosto del 2015, Las pérdidas de vida por hechos continuaron en el estado. Ahora fueron tres policías y cinco hampones; ese fue el saldo que dejó dos enfrentamientos contra la banda de ‘Los Almeida’.
La persecución se dio tras un intento de secuestro. Los elementos de la entonces SSP encontraron sin vida a dos jóvenes, una mujer y un hombre, se presume que los cuerpos fueron parte de una ejecución sumaria.
Siguen las masacres: Exkaibiles y grupos armados
Viernes 15 de mayo de 2011. La ranchería la Piedra, en Cunduacán se tiñó de sangre; la cuarta sección de la comunidad se vio consternada por la muerte de un policía municipal de Comalcalco y otras siete personas.
El hombre que trabajaba como guardián del orden se llamaba Baldomero, tenía 41 años. Las balas no solo acabaron con él, también con su mamá, esposa, tres niños, una vecina y otra persona.
Los perpetradores, entre cuatro y seis sujetos, números imprecisos pero es lo que mencionaron los testigos, quienes no sabían con exactitud cuántos fueron, sin embargo sí, que estos se dirigieron a la casa del agente y abrieron fuego sobre él y otras personas.
Dos días después…
La noche del 17 de mayo de 2011, ocho personas fueron ejecutadas en el interior de un taller mecánico al norte del municipio de Cárdenas, por un comando armado. Una de las víctimas fue identificada como Melquisedet, quien era propietario del establecimiento; el resto de los occisos al parecer eran sus trabajadores y clientes, entre ellos un policía.
Más tarde, el gobernador Andrés Granier confirmó que “exkaibiles” desertores del ejército guatemalteco que operan en territorio tabasqueño, fueron los autores de la masacre de ocho civiles y un policía.
Días violentos: Masacres y matanzas
Uno de los episodios sangrientos que el estado no puede olvidar ni con el paso de los años, ocurrió el 15 de febrero de 2009. En aquella fecha un comando armado ejecutó a sangre fía a 12 personas en una comunidad de Macuspana.
Monte Largo, poblado del municipio, se convirtió en la escena del crimen donde la mitad de los occiso eran menores de edad, hubo a quienes el plomo no les quitó la vida, solo los hirió.
El comando llegó hasta el lugar en busca de un agente de élite de la Policía Modelo del estado, Carlos. La venganza era contra él, por haber participado en la detención de cuatro sicarios y la muerte de uno más en El Tortuguero, perteneciente a esta demarcación.
Sepelio y muerte
22 de diciembre de 2009. Melquisedet, elemento de la Secretaría de Marina (Semar) cayó en el cumplimiento de su deber, al ser parte del operativo en que fue ultimado el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, El jefe de jefe o El Barbas, en Cuernava, Morelos.
Los hechos no fueron la conclusión de algo, sino el comienzo de tragedias. Un grupo armado asesinó a la madre, una hermana, un hermano, a la tía del elemento de las Fuerzas Armadas caído.
Además, otra hermana de Melquisedet resultó herida en un atentado ocurrido horas después del sepelio del militar hasta cuyo domicilio, ubicado en Quintín Arauz, municipio de Paraíso (a 80 kilómetros de Villahermosa), llegaron los pistoleros para matar a la familia, informó Rafael González Lastra, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Embocados: Balas en monumento a Sánchez Magallanes
26 de abril de 2007. Dos policías resultaron muertos y dos más lesionados durante una emboscada. Un comando armado rafagueó a los agentes de la patrulla 245 desde dos flancos, a un costado del monumento a Sánchez Magallanes.
Los sujetos con rifles AK-47 y R-15 "rociaron" ráfagas desde el paso a desnivel o carril de alta velocidad que libra el monumento. Al mismo tiempo, otro grupo de sicarios también esperaba al vehículo pero desde el nivel de piso, en el carril de baja velocidad, donde circulaban los agentes.