La pesadilla inició el 26 de mayo de 2015. Una persona fue secuestrada; sus plagiarios lograron cobrar el rescate; la víctima fue liberada y en ese momento no hubo ninguna detención.
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Casi un mes después, el 20 de junio de ese mismo año, un percance automovilístico ocurrió; sus protagonistas: el hermano de la persona que había sido plagiada, y cuatro muchachos que sin deberla ni temerla, acabaron en prisión.
De acuerdo a los hechos, Héctor se dirigía a su trabajo cuando una camioneta le pegó a su coche; al bajarse a reclamar, el otro conductor le disparó y luego lo persiguió.
En la gasolinera donde se escondía, fue detenido por la policía junto a Gonzalo y Juan Luis. Los tres fueron puestos a disposición de las autoridades señalados de secuestro, igual que Darwin, quien había sido detenido en otro lugar.
Para deslindar su responsabilidad, el agresor alegó falsamente que los muchachos habían intentado secuestrarlo y que accionó su arma para defenderse.
Así inició el viacrucis Darwin, Héctor, Gonzalo y Juan Luis, quienes tras ser acusados falsamente de secuestro en grado de tentativa, fueron retenidos bajo diversos cargos, y de paso, la Fiscalía los relacionó con el secuestro de la hermana del sujeto que los acusó, siendo vinculados a proceso durante el cual sufrieron toda clase de tortura y vejaciones.
Aún siendo inocentes, pasaron casi dos años en prisión preventiva, esperando una sentencia que podía alcanzar los 90 años. Una defensa plagada de vicios y errores por parte de anteriores abogados prolongaron innecesariamente su estadía en la cárcel.
Fue entonces cuando el Proyecto Inocente Tabasco en coordinación con los activistas Roberto Hernández y Layda Negrete, tomó su caso hasta lograr su exoneración definitiva, pues eran inocentes del delito que se les imputaba. También estuvieron involucrados en la defensa el abogado Andrés Andrade y su Firma Litigio Estratégico, Abogados con Cámaras, AC, Ruby Anaya y Audrey McGin del Proyecto Inocente California, y Anabel Chumacero Corral.
Logran sentencia absolutoria
Gracias a la obtención de evidencias contundentes respecto a su inocencia, tras 16 horas de audiencia oral, el 9 de junio de 2017 se logró la sentencia absolutoria a favor de los acusados del delito, mismo que amerita una pena de hasta 90 años de prisión.
En esa ocasión, se logró sólo la liberación inmediata de Darwin, ya que el mismo día, Héctor, Gonzalo y Juan Luis fueron vinculados a proceso por el “intento de secuestro” del hombre que accionó el arma y lesionó a uno de ellos, delito por el que ya habían sido liberados, y por el que recibieron una condena de 50 años de prisión, por la cual interpusieron un amparo.
Dicho amparo se promovió en el mes de septiembre del año pasado; sin embargo, hasta el momento no ha sido resuelto, y aún no se tiene fecha exacta para que les den una resolución, pero se prevé que esto ocurra a finales de 2021 o principios de 2022.
El retraso en la resolución se debe en parte por la pandemia del Covid-19, y la carga de trabajo de los tribunales. Así lo señaló el abogado Iker Ibarreche. Mientras tanto, Héctor, Gonzalo y Juan Luis se mantienen en prisión, quien reitera que en el proceso han ocurrido violaciones muy graves y evidentes, por lo cual los muchachos aún están privados de su libertad en el penal de Macuspana.
Entre las anomalías en que incurrieron durante el proceso, destaca el hecho de que fueron condenados casi inmediatamente sin tener ninguna prueba en su contra y sin investigar más allá de los hechos; sólo bastó el dicho del denunciante, quien accionó su arma en contra de ellos, misma que portaba sin permiso, y que además fue incongruente en sus declaraciones y dio cinco versiones diferentes del hecho.
De igual manera, los magistrados de segunda instancia de Tabasco cayeron en irregularidades al momento de que modificaron la pena de tres años y medio a 50 años. Y los exfuncionarios de la Fiscalía General del Estado inventaron pruebas para culpar a personas inocentes.
Este lamentable suceso fue llevado a la pantalla chica a través de la plataforma Netflix, en una serie documental de cuatro capítulos en los que se narra la historia de los cuatro jóvenes, y se expone la verdad sobre el fallido sistema judicial en México al mostrar los traspiés alrededor del caso que permanece abierto, y donde también queda expuesto el uso indebido de la tortura como método de investigación.