Una modalidad de extorsión y muerte que se ha vuelto cada vez más frecuente en Tabasco es la llamada “gota a gota”, que es una red de prestamistas colombianos cuyo nicho de mercado son los pequeños comerciantes.
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Bajo este esquema, los sudamericanos ofrecen préstamos de entre 5 mil y 500 mil pesos a pequeños comerciantes, tianguistas y ambulantes, a quienes sólo solicitan su credencial de elector, sin consultar buró de crédito, ni ninguna otra condición.
Una vez que la persona que pide el préstamo firma un documento, recibe el dinero comprometiéndose a realizar pagos semanales o mensuales de los intereses del préstamo, que van del 20 al 200 por ciento de su monto.
En caso de no realizar el pago puntual por el motivo que fuere, los comerciantes son golpeados, amenazados de muerte o en el peor de los casos, asesinados. Por endeudarse con estos criminales, cinco tabasqueños, entre ellos una mujer, fueron muertos en octubre de 2020; fueron sorprendidos por un comando armado en calles de la colonia Gaviotas.
Los occisos fueron identificados como comerciantes de escasos recursos que se dedicaban a vender diversos productos. Según la versión de los vecinos, las víctimas habían adquirido deuda con los colombianos, y al no poder pagar los intereses del préstamo, fueron asesinados.
En tanto, en noviembre de 2019 fueron ejecutados en Comalcalco el dueño de una tortillería y un empleado dentro del establecimiento a manos de dos pistoleros. Vecinos mencionaron que el propietario del negocio había comentado días antes que no podía pagar un crédito “gota a gota”, por lo que en represalia, llegaron a matarlo junto con el empleado que en ese momento se encontraba en el local.
De igual manera, un taquero que tampoco pudo cumplir con el pago del rédito, también fue asesinado en la ciudad de Villahermosa.En octubre de 2018, una célula de colombianos prestamistas dedicada a este tipo de préstamos fue ubicada en la entidad. Su líder era un exmilitar de aquel país, y se dedicaba además de los citados créditos, a saltar, extorsionar y asesinar.
El líder fue identificado como Faber “N”, y uno de sus cómplices apodado “El Cataño”, se encargaba de dirigir a un grupo de al menos 14 personas, muchos de ellos mexicanos, quienes estaban a cargo de realizar los cobros en los establecimientos que tenían bajo su control.
A estos delincuentes se les vinculó además con robos a comercios y casas habitación, además del préstamo de dinero a varios negocios y comercios de Villahermosa, en donde sus miembros en parejas, cobraban diariamente el interés a bordo de motocicletas.
El gancho para embaucar a los necesitados es simple: ofrecen los préstamos de manera inmediata, con el mínimo de requisitos y sin consultar buró de crédito o solicitar comprobante de domicilio. En caso de que el deudor no pueda cumplir con el pago diario de intereses, son víctimas de atentados que pueden derivar en su muerte.
Cada vez son más las personas que caen en esta modalidad del crimen, en donde los créditos se vuelven impagables a causa de los grandes réditos que hace que la deuda crezca hasta 10 veces más del préstamo original, y en caso de no poder pagarlo, el deudor acaba sin vida.