Huimanguillo.- Una comunidad aledaña a este municipio, pero perteneciente a las Choapas, Veracruz, fue escenario de un triple fusilamiento de integrantes de una familia, entre estos, dos tabasqueños, que arribaron para visitar sus hermosas cascadas. Estas personas fueron acusadas de presuntos plagiarios y la Policía que arribó con oportunidad, nada pudo hacer por ponerlos a salvo.
Los hombres, fueron atados de pies, manos y cubiertos del rostro con trapos y amarrados a postes de concreto, fueron acribillados a balazos; las fuerzas del orden, nada pudieron hacer, pues autodefensas que superaron las 200 personas, y que en su mayoría, se encontraban armados les negaron intervenir.
Todo se desprendió de una acusación que surgió como un simple comentario y acabó haciéndose un hecho; un supuesto secuestro de un menor que jamás desmintió y que las consecuencias fueron terribles, de hecho, aún no acaba, pues siguen retenidas más personas, hecho por el cual se aguarda que en próximas horas, intervengan fuerzas militares para el aseguramiento de los cadáveres y del rescate de lo que se ha entendido hoy, eran simples turistas.
De acuerdo a datos, una familia originaria de las Choapas, Veracruz, junto con otros, de Tabasco, arribaron el domingo 28 por la mañana a la comunidad Playa Santa, ubicada en los límites de Tabasco, precisamente por esta municipalidad.
Los integrantes de la familia arribaron en los autos, gol blanco con placas de Tabasco y un Mazda rojo con matrículas de Veracruz. Buscaban pasar un fin de semana agradable en las cascadas del Ejido Playa Santa.
Renato "N" de 33 años de edad, originario de Las Choapas y a quien se le identificó como un curandero y/o “brujo”, fue acusado de ser el cabecilla de una banda de plagiarios y junto con los tabasqueños originarios de Jalapa, Tabasco, Alberto "N" y Edgar "N", fueron fusilados.
Estos hombres fueron detenidos junto con demás parientes, y acusados de haber retenido ilegalmente al menor de 12 años de edad, Nabor "N", quien presuntamente y a decir de su tío Candelario "N", había sido secuestrado por el grupo de personas que viajaban en los autos de lujo blanco y rojo y que ante el rumor que creció, la comunidad intervino, los ubicó y los detuvo, rescatando, -según- al muchacho.
Lo cierto es que Nabor, jamás desmintió lo dicho por los capturados; que había sido pedido como un mero guía, para que los anduviera llevando a la zona de las cascadas, pero lejos de ello, dejó que las cosas ocurrieran.
El domingo por la tarde, fueron retenidos los ocupantes del auto rojo y blanco; se encarcelaron y se dio parte a la Policía. La cual arribó y tomó conocimiento, pero acabó siendo rebasada. Nada pudieron hacer y corrieron las horas.
Los “plagiarios” fueron atados a postes y todo se salió aún más de control; fue ayer lunes eso de las cuatro de la tarde cuando llegó un grupo armado; los llamados autodefensas que en cosa de minutos, enjuiciaron a los detenidos y determinaron que a los presuntos cabecillas, se les diera muerte; los fusilaron. No sin antes correr a la Policía, tanto del municipio, ejidal y hasta de la ministerial. A las cinco de la tarde, todo había acabado.
Se ordenó a los habitantes, entregar a los menores de dos años, de 10 años y de 17 años de edad, a la autoridad local; y que quedara pendiente una segunda ejecución, la de un hombre identificado como Bernabé "N", originario de Coatzacoalcos, Veracruz, y de una joven universitaria de 21 años de edad, identificada como Estefanía "N" quien dijo radicar en la colonia Tamulté perteneciente al municipio de Centro, en Villahermosa. Además, se quedó de igual forma retenida la señora María Elena "N", nativa de Playa Santa, quien en un momento dio alojamiento a los visitantes y que era acusada también de plagiaria.
Del menor, Nabor "N", se exigió por parte de los lugareños y del grupo de autodefensa, que junto con sus padres, Eufemio "N" y Adela "N", denunciara el supuesto secuestro al que fue víctima, para justificar las muertes que perpetraron.
Los cadáveres de los “turistas” no habían sido asegurados hasta entrada la noche de ayer, situación por la que autoridades veracruzanas determinarían la incursión en el lugar, ante lo rebasado que se vieron los cuerpos policiacos de la comuna.