En el velatorio Municipal Todo era llanto, desolación y tristeza más aún porque, se acercaba el momento de llevar hasta su última morada a la reportera Norma Sarabia Garduza quien durante más de una década se había dedicado a la noble profesión de mantener informada a la ciudadanía.

El día estaba nublado, la familia no quería llegara la hora sin embargo la cita para trasladar el cuerpo estaba ya programada a las nueve y media de la mañana.

A esa hora sacaron el cuerpo de Norma Sarabia del velatorio con rumbo hacia la Parroquia San Cristóbal sitio donde se oficiaría una misa de acción de gracias.

Entre ocho personas cargaron su cuerpo el cual iba en una ataúd de madera, color caoba mismo que, en la parte de arriba llevaba la figura de la virgen de Guadalupe.

Eran cientos de personas entre ellos amas de casa, comerciantes, políticos, sociedad civil entre muchos otros quienes acompañaron a Norma Sarabia hasta la mencionada Parroquia a, frente iba su padre el señor Román Sarabia su madre María Inés Garduza y su seis hermanos.

Mientras tanto en la iglesia ya esperaba al cortejo fúnebre el párroco Oscar Enrique quien sería quien oficiaría la misa.

Ya en la misa el sacerdote expreso “Hermana Norma no temas ya, que estarás disfrutando de la gloria eterna a lado de nuestro señor”, mientras tanto la madre de Norma Sarabia realizo una pequeña remembranza de las bondades, que en vida realizaba considerándola como una excelente hija.

La misa de acción de gracias culminó y el cortejo fúnebre se dirigió hacia el panteón nuevo localizado con rumbo a la unidad deportiva lugar donde ya descansará eternamente.

Llego la hora del sepelio, las lágrimas de sus familiares eran incontrolables y no era para menos ya descansaría en paz, en su camino a la gloria una gran reportera, una excelente hermana, una gran hija, hasta pronto Norma Sarabia.