Comalcalco.- Lupita “N”, la mujer encargada de la limpieza en la Parroquia y Santuario “La Asunción de María”, conocido mejor como “Iglesia de Cupilco”, fue asesinada por estrangulamiento a manos de desconocidos que también la ultrajaron y que finalmente escaparon, tras saquear las urnas de la ermita y llevarse joyas de la Virgen.
La señora de 50 años de edad, avecindada en la comunidad Lagartera, a quien los lugareños dijeron era una mujer amable, atenta y fiel creyente, se le descubrió a eso de las 16:30 horas, tirada en el pasillo que conduce a los baños prácticamente públicos.
Quienes dieron cuenta de ella, señalaron que estaba tirada en el piso; completamente desnuda; golpeada; presentaba laceraciones en el cuello; su muerte fue por estrangulamiento.
En la escena del crimen, fue evidente la retención forzada de la pobre mujer; al ser golpeada y posiblemente desmayada, fue arrastrada para finalmente ser atacada sexualmente por los ladrones que luego la estrangularon.
Primeros datos, dan cuenta que posiblemente, ella, descubrió a las personas que se adentraron a la iglesia; quizás dio cuenta de que estaban robando y por ello, acabó sometida y asesinada, pero lejos de conformarse con ello, los delincuentes la ultrajaron; presentaba raspones en diversas partes de su cuerpo.
Doña Lupita, era quien se encargaba de la limpieza de la iglesia; tras los hechos, se dio vista a la autoridad ministerial. Se procedió al levantamiento del cadáver y en la ambulancia del servicio médico forense fue llevada a la morgue.
En la iglesia, a cargo del Padre Miguel Camacho, los administradores se encargaban de dar cuenta del posible saqueo perpetrado a la iglesia; autoridades de justicia, esperan dar con el o los responsables, debido a que en la iglesia se cuentan con cámaras de seguridad internas.
DE ANTECEDENTES…
A principios de octubre del año 2016, se perpetraría el sacrilegio en esta misma iglesia a manos de desconocidos que, aparte de robarse joyas preciosas, cargaron con la corona de oro de la Virgen de Cupilco, misma que en el año de l990, el mismísimo Papa, Juan Pablo Segundo puso, tras la donación hecha por el que Obispo de Tabasco, Rafael García González.
La profanación perpetrada por una pareja que a la fecha, jamás se logró detener, llevó a la administración de la parroquia, a instalar más cámaras de video filmación internas, debido a que los ladrones, pudieron, con oportunidad, bloquear los sistemas de alarma; el robo aquel, fue de no solo la corona de oro, sino de collares con perlas, anillos, argollas, entre otras prendas de valor. Hoy, las cámaras de seguridad, deberán haber dado cuenta del robo, pero lejos de eso, del cruento crimen en contra de la pobre mujer, doña Lupita.