Era la tarde del 30 de diciembre de 2019. La gente en la algarabía decembrina, se preparaba para el día siguiente, despedir el año y recibir con emoción y entusiasmo el 2020. En la carretera a Teapa se daba la detención de un grupo de delincuentes que saqueaban un camión con mercancía de conocida abarrotera con domicilio en Villa Playas del Rosario.
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Los agentes de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), casi de “chiripa” acababan de capturar a uno de los delincuentes más peligrosos de Tabasco, con total dominio hacia el rumbo de Parrilla y Playas del Rosario, en donde increíblemente, la gente lo conoce y mira como su benefactor: “El Pelón de Playas del Rosario”. También operaba en parte de Villahermosa, Jalapa y Teapa.
El expolicía desertor Trinidad “N”, había desencadenado en el estado una serie de ejecuciones, levantones, extorsiones, cuotas por cobro de derecho de piso, robos con violencia, atentados, narcomenudeo, huachicoleo, etcétera, había caído “casi sin querer” en manos de la justicia.
Ante el aseguramiento del líder criminal, miembros de su grupo desataron el caos en la ciudad; varios autos fueron quemados simultáneamente en distintos puntos de la ciudad de Villahermosa, además, fueron colocadas mantas con mensajes que exigían su liberación. Cabe recordar que a la llegada de la Guardia Nacional, en julio del año mencionado, la banda de “El Pelón” le dio el recibimiento con quema de autos en diferentes puntos de la ciudad, desatando el caos entre la gente.
La presión para liberar al presunto delincuente no cedió; incluso un cuerpo desmembrado fue colgado debajo de un puente sobre Ruiz Cortines y el Periférico Carlos Pellicer Cámara junto con un mensaje amenazante, exigiendo que fuera puesto en libertad.
Desde hacía tres años, “El Pelón” había mantenido oculta su identidad. Nadie sabía quien era el hombre que se posesionó de Villahermosa y sus alrededores en el tráfico de drogas, combustible, ilegales, extorsionar, secuestrar y asesinar a quienes no quisieron sumarse a su grupo delictivo que poco a poco cobró fuerza.
Distribuidores de drogas locales tuvieron que unirse; desde Tamulté hasta la zona industrial en Indeco. Inicialmente competía con un tipo apodado “El Chiapas” dividiendo territorio en la zona de Parrilla hacia Los fraccionamientos Bicentenario, 27 de Febrero, Villa El Cielo, Playas del Rosario. Acabó posesionándose en los municipios de Teapa, Macuspana y Jalapa.
En la colonia Miguel Hidalgo se alió a un sujeto apodado “El Gato”, y se extendió hacia Macultepec; todos los operadores de los fraccionamientos al paso comenzaron a integrarse al grupo de “El Pelón de Playas”; quienes no quisieron unirse fueron ejecutados.
Ese año (2019), cerró con 232 crímenes violentos. Muchas de las ejecuciones fueron atribuidas al grupo de Trinidad, quien también fue relacionado con una estela de muerte en comunidades ubicadas sobre la carretera Villahermosa-La Isla. Los operadores del trasiego ilegal del hidrocarburo tuvieron que alinearse.
Sin embargo, muchos habitantes de su zona de operación lo veían como un héroe. Se dice que “El Pelón” intervenido en pleitos familiares, castigando a maridos violentos; de ordenar el retiro de delincuentes y ladrones y hasta de familias conflictivas.
Tan es así, que al día siguiente de su detención varias familias que habitan en Playas del Rosario se manifestaron con pancartas en mano exigiendo su liberación.
Pese a que un juez federal absolvió al presunto criminal del delito de portación de armas y ordenó su liberación en enero de 2020, se quedó en prisión por la reactivación del delito de encubrimiento por receptación, a la que se le sumó una más por desaparición forzada de personas.
