El 19 de junio del año 2013 un crimen atroz y sangriento conmovería a la sociedad tabasqueña. La entidad amaneció con una terrible noticia: una mujer, su bebé de cuatro meses y la empleada doméstica habían sido asesinadas en el fraccionamiento Las Lomas, que se localiza en la ranchería Ixtacomitán, a la periferia de Villahermosa. Crimen que casi siete años después, se sabría que presuntamente, fue cometido por quien fuera el chofer de la familia.
Lee más: Pepe Fuentes: el crimen político que cimbró a Tabasco
La escena del crimen en la casa número 218 de la calle Palo Quemado, era devastadora: el cadáver de la madre, Ruth Mariana Torre Bouchot, de 34 años de edad, yacía en la sala de la vivienda, mientras que los cuerpos de la pequeña Mariana Oropeza y la doméstica Anarely Aguilar del Valle, de apenas 27 años, se encontraban en la recámara.
En un inicio, se había dicho que Ruth había recibido cuatro balazos, pero las autoridades desmintieron después esta afirmación, al encontrar que la señora presentó un solo balazo mortal en la región abdominal. La bebé fue asfixiada en su cuna, mientras que la muchacha del servicio habría sido degollada. La saña era inaudita, y en las primeras indagatorias, no se descartaba la participación de más de un homicida.
El crimen habría sido cometido el día anterior; Ruth Mariana todavía llevó a su hijo de 8 años a la escuela, mismo que al no estar presente cuando ocurrieron los hechos, salvó la vida. El pequeño tuvo que recibir terapias para superar el trauma generado por la tragedia. El esposo de la señora había subido a plataforma, por eso ellas se encontraban solas.
Manchas hemáticas y huellas de violencia en la puerta de la casa en la que vivían las víctimas alertaron a un vecino, quien dio aviso a la policía. Un auto fue sustraído del garaje, lo que hacía suponer que el móvil del triple asesinato habría sido el robo, aunque por la saña con la que se cometió, parecía que se trataba de una venganza.
El tiempo siguió su marcha; los años pasaron y seis años después, el padre de Ruth Mariana seguía clamando justicia por la muerte de su hija, su nieta y la empleada. Don Ernesto aseguraba que había desinterés por parte de las autoridades para hacer justicia por el crimen.
pol
“La vida sin ellas no ha sido fácil, las recordamos todos los días” señaló en su oportunidad el padre y abuelo de dos de las víctimas; para ese momento existían ya cerca de 10 líneas de investigación y cinco tomos del caso, pero nada de los responsables del triple feminicidio.
“Cada vez que llegaba a preguntar había una línea, después de esa había otra, y después otra, en conclusión ahorita hay en total como siete o 10 líneas de investigación en torno al caso de hace seis años, entonces, ¿Hasta cuándo vamos a terminar con tantas líneas inventadas?”, expresó el inconforme.
La justicia llegaría algunos meses después. En enero de 2020 fue detenido César Manuel “N” como presunto responsable de los hechos.
El presunto implicado había sido chofer por muchos años de la familia Torres Bouchot, por lo que conocía los movimientos en el hogar de sus víctimas, y sabía que Erik Salazar, esposo de Ruth Mariana, acababa de subir a una plataforma en Ciudad del Carmen. El móvil del triple crimen fue el robo.
El testimonio del vigilante de la privada terminó de hundirlo: dijo que César Manuel entró al fraccionamiento en un taxi color blanco, junto con otras personas que viajaban a bordo de una camioneta con placas de Campeche.
El detenido se supone que llegó a la casa de la víctima para cometer los crímenes, y luego llevarse el carro tipo Chevrolet Cruze color blanco, propiedad de la familia Torres Bouchot.