Dos ejecuciones fueron descubiertas la mañana de ayer; una, perpetrada en la comunidad San Fernando perteneciente al municipio de Huimanguillo y la otra, en la ranchería Lázaro Cárdenas, de esta ciudad. Los crímenes fueron justificados por los asesinos, que acusaron, mediante escritos dejados cerca de los cadáveres, que todo fue por andar asaltando en tramos carreteros; por robar autos, cajeros y en casas.
PELIGROSO DELINCUENTE ABATIDO, SEGÚN RESPONSABLES
A las 11:00 horas de ayer, vecinos de la ranchería Lázaro Cárdenas, encontrarían a la altura del libramiento Cárdenas-Frontera, el cuerpo de un hombre asesinado a balazos.
En el cuerpo del sujeto de aproximadamente 30 años de edad, los responsables dejarían un mensaje que daba cuenta del porqué este tipo tuvo que morirse: “Esto me pasó por robar cajeros, coches y casas. Cuídate mi niña hermosa. Saludos a los que siguen. Amor por ustedes…”, fue el mensaje.
Ahí debajo de un árbol quedaría el cadáver del presunto delincuente, que de momento, permanece en la morgue en calidad de desconocido. Servicios médicos forenses, señalaría que esta persona de tez morena clara, de cabello corto negro, y con señas particulares, tatuajes en ambos brazos y en el pecho, vestía pantalón mezclilla azul claro, playera gris, cinturón negro y tenis café.
Fue evidente, señala la FGE, que fue sometido a torturas; su muerte fue el disparo de arma de fuego en la cabeza, a la altura del pómulo izquierdo, aunque presentó otro balazo en la pierna derecha; se espera que en las próximas horas, aparezcan familiares a reclamarlo.
NO CESÓ EN SUS ROBOS EN LA AUTOPISTA
Serían aproximadamente las 11:30 horas cuando de la comandancia de la Policía municipal, adscrita en Villa La Venta, automovilistas informarían del hallazgo a la orilla de la carretera federal Coatzacoalcos-Cárdenas, a la altura de San Fernando, del cadáver de una persona del sexo masculino.
Se trasladaron hasta el kilómetro 84 del tramo de cuota en donde en efecto, dieron cuenta del cadáver de un tipo, el cual, tenía atadas las manos hacia la espalda y ahí, entre sus brazos, un escrito en una cartulina fosforescente amarilla, en donde se precisó por qué fue muerto.
“Esto me pasó por no dejar de robar en la pista…”. Rezó la misiva. Evidentemente este hombre de complexión delgada, de aproximadamente 25 años de edad y quien vestía pantalón mezclilla relavado y playera blanca, estaba dedicado a los asaltos carreteros.
Permanece pues, en calidad de desconocido, en la morgue local y se espera que alguien lo reclame en próximas horas.