El lugar sigue siendo una zona de desastre desde el 30 de enero de 2016. Aquel año, cerca de las 2:40 de la tarde, un estallido devastó la estructura de tres niveles, en una de los cuales estaba la panadería "Las Mercedes", ubicada en la calle Mario Díaz Pérez número 108 de la colonia Gaviotas, e hizo cimbrar varias casas en las inmediaciones del sector norte de esta popular (y populosa) localidad.
Dicen los testigos que, súbitamente y mientras era abastecido por empleados de la empresa Sonigas, el tanque estacionario reventó. La explosión fue tan fuerte que arrojó el cuerpo del niño Raymundo Jiménez a la calle, en medio de una nube de humo y escombros, y dejó a otras tres personas heridas, entre ellas la madre del menor fallecido, su hermano y un pochimovilero que circulaba en la zona.
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Hoy, casi siete años después de aquella tragedia, la estructura sigue sin ser desmantelada; una pesada sección del techo de concreto con tejas de barro se apoya precariamente sobre lo que queda de la primera planta, y amenaza con caer en cualquier momento sobre quien pase por ahí, provocando una segunda desgracia.
Sin embargo, nadie en la zona consigue explicar por qué después de tanto tiempo, ninguna autoridad (los vecinos lo achacan a Protección Civil, otros al ayuntamiento de Centro) ha mostrado interés ni responsabilidad por desactivar el peligro inminente que se cierne sobre las cabezas de lugareños y transeúntes, quienes se dicen "acostumbrados" a pasar frente a este lúgubre sitio.
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El señor Rogelio 'N' es vecino de la colonia, y aunque al principio se rehusa a opinar, termina diciendo; "no sabemos a quién le compete, pero alguien debería hacer algo. De por sí está fea la colonia, además de que es peligrosa por la inseguridad, y encima tener que tener a la vista todo el tiempo ese recuerdo de una tragedia, y que además es un peligro para todos. Esto pasa sólo en Tabasco...", señaló para El Heraldo.
Por su parte, la señora Beatriz 'N', vendedora del bazar de ropa usada y cachivaches que todos los sábados ocupa las jardineras del famoso "Parque de la Mano", y que se encuentra justo enfrente de los restos de la panadería siniestrada, comenta: "Le robaron los palos que estaban guindando por ahí, paraditos en la banqueta, sosteniendo el techo: se los llevaron los malvivientes que se meten a vivir ahí. El muchachito al que le dicen el Niño está ahí sentadido (señala hacia la construcción abandonada). A veces nos da tristeza, porque viera cómo se pasea cerca del cable de electricidad (alta tensión) que pasa por ahí... un día se va a electrocutar".
Efectivamente, debajo de la sección del techo colapsado, se alcanza a ver la cabeza de un sujeto que, completamente inmóvil, parece solamente observar el bullicio de la calle. Y es que, abandonada como está la construcción que alguna vez albergó un hogar (en la planta alta) y un negocio (la panadería), ahora es refugio frecuente de indigentes, migrantes y dipsómanos.
Negligencia… ¿E impunidad?
Días después de ocurrida aquella tragedia del 2016, funcionarios estatales explicaron que, presuntamente, fueron trabajadores de la empresa Sonigas quienes de alguna forma provocaron el estallido. De acuerdo al entonces director de Operaciones del instituto de Protección Civil del estado, Jorge Adalberto Méndez Landero, los trabajadores de la gasera hacían labores de llenado del tanque estacionario ubicado en el techo de la construcción de tres pisos, "pero al presentarse una fuga, se retiraron del lugar a bordo de la pipa".
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En este punto las cosas se ponen extrañas. Cualquiera diría ahora que fue un acto de "justicia divina" o de "karma instantáneo". En su momento las autoridades informaron que, luego del estallido, los empleados de la empresa gasera sufrieron un accidente en la carretera federal Villahermosa-Escárcega, por lo que fueron detenidos por elementos de la Policía Estatal de Caminos y de la Secretaría de Seguridad Pública, entonces SSP), quienes asentaron que "ambos empleados presentaban lesiones por la explosión que se registró" en la panadería.
“Bueno, las personas que se encontraban haciendo las maniobras de recarga de gas se retiraron del lugar, sin embargo, posteriormente (...) se accidentaron y fueron detenidos”, indicó el funcionario, aunque nunca se volvió a saber cuál era su situación jurídica.
Como siempre ocurre en estos casos, se dijo que serían "las autoridades correspondientes" quienes se encargarían de fincar las responsabilidades a la empresa de gas y establecer las verdaderas causas del percance. Pero ni lo uno, ni lo otro parece haber ocurrido.
Y son precisamente los vecinos más viejos del lugar quienes aseguran que lo que en realidad sucedió, fue que la panadería "Las Mercedes" tenía una instalación de gas en desuso, además de la que abastecía los hornos, confusión mortal que habría provocado el accidente.
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"Había una tubería completa que daba a un tanque viejo que los propietarios ya no utilizaban, pero que confundió a los gaseros, quienes rellenaron a través de la toma equivocada, porque había dos tomas y por eso pasó esa tragedia", señala Juan Manuel Chávez, vecino del lugar. "Los del camión (de Sonigas) salieron huyendo, con quemaduras, y por eso se fueron a estrellar en la carretera", sentencia el vecino.
La madre del menor fallecido y propietaria del negocio, María del Rosario Córdova Rodríguez y otro de sus hijos, Alfonso Jiménez Córdova, de entonces 16 años de edad, sufrieron lesiones. También fue lesionado un chofer de Pochimóvil. Fueron atendidos por paramédicos de la Cruz Roja. Se ignora el paradero actual de la familia que fue propietaria de la panadería, "pero el negocio nunca volvió a abrir y los escombros ahí siguen hasta la fecha", señala Juan Manuel.
Villahermosa y sus explosiones
Las cicatrices de diversas tragedias en las que se involucra el gas LP, la negligencia y también la presunta falta de rigor de las autoridades para inspeccionar comercios que operan con combustibles volátiles, se encuentran visibles en las calles de Villahermosa.
Tal vez la más evidente y mortífera es la dejada por esta explosión de la colonia Gaviotas. Pero además están ahí, recientes, la de la pollería "Don Barnizado" (también en Gaviotas) ocurrida el 14 de diciembre de 2014, la cual dejó cinco heridos de gravedad; la de la taquería "Tacolandia" en plena Zona Luz, el 14 de diciembre de 2021, la cual mató a una extranjera e hirió de gravedad a otra persona, y la de la la planta de producción de Café La Cabaña, ubicada en la colonia Magisterial, que milagrosamente y pese a su poder destructivo, solamente dejó lesiones leves a tres personas y cuantiosos daños materiales.