Los cinco cadáveres que fueron encontrados en los municipios de Jalapa y Comalcalco el viernes pasado, habrían sido asesinados a manos del mismo grupo criminal, de acuerdo a una de las líneas de investigación de las autoridades; además, cuatro de ellos fueron privados de la vida mediante un machetazo que separó las cabezas de sus cuerpos, mientras aún se hallaban con vida, señalaron fuentes policiales.

Y es que, en el municipio de Jalapa, en el poblado Aquiles Serdán, dos cadáveres pertenecientes a adultos masculinos fueron encontrados dentro de bolsas de las cuales escurría sangre, durante la madrugada del viernes; en tanto, en el municipio de Comalcalco, tres cadáveres más aparecieron en el ejido Zapotal, cerca de un camino vecinal.

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Mediante los indicios dejados en la escena del hallazgo, se establece que podría tratarse de un hecho perpetrado por el mismo grupo criminal.

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En Jalapa, los cadáveres fueron hallados dentro de bolsas negras de plástico, en donde fueron metidos y posteriormente inmovilizados con cinta canela. A través de pruebas científicas, se establece que una vez que fueron dispuestos de esta manera, los perpetradores procedieron a seccionarles la cabeza utilizando un objeto contuso afilado, presumiblemente, un machete. Las cabezas fueron dejadas sobre cartulinas blancas con mensajes amenazantes escritos sobre ellas.

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En tanto, en Comalcalco, dos de los tres cuerpos encontrados presentaban huellas de tortura y decapitación, aunque en este caso, lo único que embolsaron los homicidas fueron las cabezas. Cabe añadir que las manchas hemáticas en el escena permiten especular que la decapitación y tortura no ocurrió ahí mismo, sino en otra locación.

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Además, las víctimas tenían los brazos atados a la aespalda, lo mismo que los ojos con cinta canela.

Hasta el momento suman ya 88 asesinatos o muertes violentas en el estado de Tabasco, cifra que lo convierte en el inicio de año más sangriento del que se tenga memoria. La llegada del operativo federal Tabasco Seguro, que se publicitó como un despliegue de más de 2 mil elementos de las fuerzas armadas y autoridades policiacas del estado, no ha significado una reducción en este tipo de crímenes; por el contrario, las cifras evidencian un repunte en cantidad y en la crueldad de los métodos de ejecución.