El martes 10 de octubre del presente año una revolvedora arrolló a un abuelito en la carretera que conduce a Villa Puerto Ceiba, Paraíso, lo que le ocasionó la muerte. El exceso de velocidad de la pipa hizo que se volcara la pesada unidad golpeando al hombre de la tercera edad cuando pasaba en su bicicleta, este tipo de accidentes, donde una persona entrada en años pierde la vida ya han ocurrido y aquí recordamos algunos de estos lamentables hechos.
La muerte alcanzó a Mariano de 70 años en marzo de 2020, quien para moverse de un lado para otro tenía que usar una silla de ruedas. Los primeros informes señalaron que el hombre quiso cruzar la carretera Cárdenas-Villahermosa a la altura del Circuito interior Carlos Pellicer Cámara, cuando un tractocamión que transportaba material de construcción lo atropelló. Los servicios médicos llegaron al lugar, pero nada pudieron hacer.
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Al surgir más datos sobre la situación, testigos mencionaron que esta persona intentó pasar por el ancho de la cinta asfáltica en el momento que el semáforo marcaba para que los automóviles circularan. Conforme salía más información, la Policía llegó al lugar para realizar, aparte de las pesquisas, el acordonamiento de la zona, a la espera de los elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE). Tras concluir los trabajos periciales, el cuerpo fue trasladado el Servicio Médico Forense (Semefo) y la unidad al retén.
No pudo llegar a vender su atole; un auto lo evitó
Dos años después, la tragedia volvió a alcanzar a un ancianito, ahora en septiembre. En esa fatídica fecha, ‘Paquito’ -como era conocido el occiso- se dirigía, como todas las mañanas a vender su atole en la carretera Cárdenas-Comalcalco. Pero en esta ocasión no llegó a su cita diaria, porque un vehículo lo impactó en tierras cardenenses, frente a la colonia Ocampo. De acuerdo a quienes presenciaron el percance, el golpe hizo que el abuelito saliera volando y terminara incrustado en el parabrisas de la unidad.
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A pocos metros quedó un triciclo, en el que se transportaba ‘Paquito’, con los fierros retorcidos, las llantas, dobladas, daban cuenta de la intensidad del golpe de la unidad sobre el atropellado. El conductor del automóvil fue detenido, a la espera de su situación jurídica. Al realizar la revisión del cuerpo, se determinó que el hombre había fallecido al instante; de esta manera, terminaba sus días alguien que se ganaba el sustento vendiendo su producto a orillas de la carretera.
Su vida se fue entre una moto
Meses antes del accidente suscitado en Puerto Ceiba, Paraíso, en marzo de 2020, Nacho “N”, de 78 años de edad, era arrollado por una moto, en la que viajaban dos trabajadores de la Refinería Olmeca, como en el caso anterior, su deceso fue instantáneo, el lugar de la tragedia: la carretera Paraíso-Comalcalco, en el retorno de la ranchería El Norte, 1ª Sección. Un transporte de dos ruedas le había quitado la vida y por una casualidad del destino, el hombre iba en una bicicleta, otro vehículo de dos ruedas.
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Los primeros informes indicaron que un hombre de la tercera edad circulaba en su ‘bici’, lo que fue interrumpido por una motocicleta que terminó golpeando al ciclista. La fuerte colisión dejó a las tres personas en la cinta asfáltica; Nacho sin vida y los motoristas fueron trasladados a un hospital. Lugareños mencionaron a las autoridades que el ancianito se dirigía a comprar su despensa, lo que hacía cada semana.
La otra cara de los accidentes; los que la libran
A las tragedias citadas, se une el caso de Abilio “N” que fue atropellado por un auto ‘fantasma’ en Cunduacán, en julio del presente año, pero a diferencia de los anteriores, el abuelito logró sobrevivir. Sobre la carretera del ejido Reforma, el hombre se transportaba en su bicicleta al momento en que fue alcanzado por un vehículo, como resultado, el ancianito terminó con múltiples lesiones.
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Lugareños mencionaron que escucharon un fuerte ruido, al ver de qué se trataba vieron que su vecino estaba tenido en el concreto, por lo que solicitaron el apoyo de los grupos de rescate, llegando los paramédicos para valorar al accidentado. Tras darle los primeros auxilios, fue trasladado por sus familiares a un hospital para su valoración médica. Más allá del aparatoso accidente, mostró la otra cara de estos percances, la de los que viven para contarlo.
