El paso de la tormenta tropical ‘Pilar’ y el Frente Frío número 8 dejó una gran cantidad de personas afectadas. Hasta el momento sólo se habla de daños materiales, pero hay ocasiones en que las precipitaciones provocan muertes, que por la contingencia se convierten en una estadística en el recuento de las afectaciones. Aquí recordamos el año de 2020, cuando las adversas condiciones meteorológicas acabaron con la vida de varias personas en Tabasco.
Hace tres años, en una conferencia mañanera, para ser precisos el 9 de noviembre, la titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, informaba sobre las afectaciones por el paso del frente frío. Entre los estados afectados estaban Tabasco, Chiapas y Veracruz, que habían sufrido lluvias y luego inundaciones.
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Las cifras de los embates de la naturaleza eran alarmantes, cuya cuantificación sumaba 148 mil damnificados y más de 35 mil hogares bajo el agua. La zona de desastre abarcaba 13 municipios de los 17 que conforman el estado, siendo los más afectados Centro, Macuspana y Tacotalpa.
Por su parte en Chiapas 16 mil personas resultaron afectadas, 32 de sus municipios presentaban daños y 19 mil 486 viviendas resultaron inundadas. Mientras que en Veracruz, 15 demarcaciones resentían los estragos del mal tiempo, con 20 mil personas damnificadas. Además de 5 mil hogares anegados.
Estaba claro, al realizar un frío comparativo, Tabasco era el de mayor número de damnificados, pero al contabilizar las muertes, Chiapas tenía más, con 27 decesos, por cinco en territorio tabasqueño. En cuestión de pérdidas humanas no hay ni mayor ni menor cifra; el fallecimiento de alguien es siempre un suceso trágico, y más porque estas personas sus últimos momentos los pasaron luchando por sobrevivir al terrible meteoro que azotó a esta parte del sureste.
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Precisar cómo perdieron la vida las cinco personas en territorio tabasqueño y las más de 20 en tierras chiapanecas es complicado, por no decir que imposible, pero solo se puede suponer la desesperación que sintieron los desafortunados, quienes probablemente nunca perdieron la esperanza de ser salvados por las autoridades correspondientes.
Sin embargo, al final la naturaleza, que a veces puede ser cruel como en este caso, terminó imponiéndose y ante tal situación, poco o nada queda por hacer. Después de tres años, cuando Tabasco está padeciendo por los fenómenos climatológicos, sólo queda apegarse a las cifras de ese momento, que nos dan un frío panorama de lo despiadado que fue el mal tiempo en ese año, y que seguramente muchos tabasqueños les pareció una situación similar a la del 2007.
Durante la mañanera de ese 9 de noviembre, la funcionaria federal mencionó algo poco alentador: “La emergencia no ha cedido la afectación, es muy importante y vamos a estar ahí apoyando a la población en todo lo que sea necesario”, pero, desafortunadamente, ese apoyo no llegó antes de las muertes.