Durante los últimos dos años el mundo ha tenido que superar la mayor incertidumbre, y la educación es uno de los sectores que más necesidad de adaptación han enfrentado. Desde el cambio de modelos presenciales por uno a distancia, hasta el seguimiento y evaluación del aprendizaje de los alumnos.
La forzada transformación llevó a docentes y estudiantes a usar nuevas herramientas de comunicación, investigación y trabajo colaborativo, favoreciendo la adopción de la tecnología como parte del modelo de enseñanza - aprendizaje.
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En el caso de la educación básica y media en México, los alumnos se familiarizaron con la tecnología desde un aspecto académico, con herramientas y dispositivos que antes sólo se ocupaban para entretenimiento.
Aunque la enseñanza con clases virtuales es relativamente nueva para los niveles básicos y medios en México; en países como India, Estados Unidos o Reino Unido ya era un modelo probado y con éxito, bajo el concepto edtech. Más allá de sólo utilizar dispositivos, este modelo engloba a empresas educativas que cuentan con un soporte tecnológico para impartir cursos complementarios a la educación tradicional bajo una metodología pedagógica propia.
Uno de los distintivos de las edtech es la posibilidad de transformar la educación a través del balance entre el aprendizaje y la captación del interés del alumno. Por ejemplo, un adolescente aficionado a los videojuegos, con clases de programación, aplicaría su conocimiento para ser un mejor jugador y aún más, ser creador de su propio videojuego.
Así, las edtech crean metodologías apoyadas por el uso de la tecnología, las cuales deben garantizar la formación y el conocimiento, la teoría y la práctica de manera más interactiva, comprometida, personalizada y en tiempo real.
Las compañías que entienden esa visión amplia de la educación y tecnología son las que están redefiniendo la formación complementaria; ahora son una opción extracurricular para fortalecer distintos aspectos del aprendizaje de niños y adolescentes.
Ejemplo de los resultados de esta visión es el de Valeria Valentina, una niña de 11 años, que luego de tomar clases virtuales con una maestra que la guió durante su proceso de aprendizaje en programación, desarrolló “Gotita Feliz” una app para promover el cuidado del agua en nuestras actividades cotidianas, y que hoy está disponible para que cualquiera la descargue en desde la Play Store.
Entonces, aquellas compañías que han logrado desarrollar metodologías que refuerzan el conocimiento y dotan de habilidades amplias, se convierten en una alternativa para padres y alumnos que buscan un aprendizaje constante.
En ese sentido, las edtech pueden brindar conocimientos enfocados a preparar a los alumnos para el futuro, por ejemplo, aprender lenguajes de programación, con la secuencia, pensamiento lógico y creatividad, más allá de sólo memorizar datos. O ampliar la percepción de las matemáticas para entender modelos y conceptos, presentes en toda nuestra vida, es decir, darles un sentido claro y práctico.
Estos programas, además de tener recompensas inmediatas y retar las propias ganas de aprender de los alumnos, les permiten ejercitar y madurar habilidades cognitivas que se vuelven parte inherente de su desarrollo intelectual y profesional.
Por otro lado, es una industria con un ritmo y potencial de crecimiento enorme, cuyo valor se multiplica exponencialmente. De acuerdo con datos de Grand View Research, el valor de mercado de edtech, en 2020, era de 89.49 mil millones de dólares, con un crecimiento esperado anual de 19.9% de 2021 a 2028.
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Recientemente en México han desembarcado empresas con ese objetivo, tal es el caso de BYJU’S FutureSchool, la edTech más grande del mundo y la startup más valiosa de India, que a través de cursos de programación y matemáticas buscan impulsar que los niños y adolescentes interioricen el conocimiento sobre estas materias para ser capaces de aplicarlo a su vida diaria. Que ellos mismos sean creadores de soluciones y tecnología, más allá del consumo, de forma que estén listos para las profesiones que en los próximos años estarán ampliamente relacionadas a la innovación.
La tecnología educativa es revolucionaria. Puede cambiar por completo la experiencia de aprendizaje y motivar a los estudiantes a largo plazo. Incluso facilita y multiplica el acceso al conocimiento y más importante, puede cambiar al mundo desde su base fundacional: la educación.
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