Durante el levantamiento de una obra en Polonia encontraron una fosa común con cientos de esqueletos, los cuales pudieron pertenecerle a personas que fueron acusadas de ser vampiros o para evitar que se conviertan. Esto de acuerdo con un grupo de expertos quienes mencionaron que hace muchos años la gente solía creer en la existencia de estos seres.
Los especialistas que trabajaron en este lugar comentaron que antes las personas solían tener diversos pensamientos relacionados con el regreso después de la muerte, lo que incluía la aparición de los ‘chupa sangre’, por esa razón hacían diferentes rituales para evitar que los difuntos volvieran como alguna de estas criaturas.
Asimismo, los investigadores han indicado que no es la primera vez que se encuentra algo similar, pues en otros predios han hecho hallazgos parecidos, por lo que no descartan la posibilidad de toparse con más. Uno de los aspectos que más llamó su atención fue la cantidad de cuerpos.
¿Por qué dicen eran ‘vampiros’?
Días atrás en una carretera de una zona rural en Luzino, al norte de Polonia estaban realizando un trabajo de construcción, de este modo fue como localizaron una fosa común con 450 cadáveres que se estima fueron enterrados ahí en el siglo XIX, es decir, entre el año 1800 al 1900.
Los restos estaban acomodados de forma extraña, pues a todos les quitaron la cabeza y la pusieron entre sus piernas, además, tenían monedas en la boca y de acuerdo con los expertos, estos eran rituales de protección en contra de los vampiros.
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Así lo explicó el arqueólogo Maciej Stromski, quien para el medio local Nadmorski24 afirmó: “Curiosamente, hemos encontrado costumbres de enterramiento antivampíricas, destinadas a aislar al difunto del mundo de los vivos”, precisó.
Los rituales anti-vampiros
Luego añadió que “se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, entonces él o ella podría ser un vampiro. Por lo tanto, después del entierro, se excavaba la tumba y se cortaba la cabeza del difunto, que luego se colocaba en las piernas”.
Pero no solo eso, sino que también en un tercio de las tumbas los cadáveres tenían ladrillos alrededor de las piernas, brazos y cabeza. Otro aspecto que resaltaron fue el de una mujer que tenía el cráneo de un niño pequeño en su pecho.
Este descubierto se hizo cerca de un templo y al concluir las investigaciones los volverán a enterrar en este mismo lugar. En septiembre del año pasado encontraron lo que parecía ser la tumba de una mujer acusada de vampirismo, quien estaba clavada en el suelo con una hoz en la garganta.
Publicado originalmente en El Sol de Puebla