CIUDAD DEL VATICANO.- La doctrina católica no se puede conservar sin hacer que progrese. El papa Francisco salió al paso para defender abiertamente su magisterio de frente a los ataques que recibe en este sentido en particular dentro de la misma Iglesia. Lo hizo en ocasión de un encuentro promovido por el dicasterio para la Nueva evangelización, para ilustrar personalmente su punto de vista acerca de este delicado argumento que ha evidenciado como pocas veces la neta división entre los llamados progresistas y conservadores dentro del clero.
En su reflexión, Bergoglio insistió en “la necesidad y la urgencia” de atender “los desafíos y las perspectivas de la humanidad”, con “las novedades del Evangelio que –afirmó- aún están encerradas en la Palabra de Dios, la cual no puede conservarse en naftalina como si fuera una manta”.
El Pontífice argentino citó al respecto una frase de Juan XXIII, el cual, inaugurando el Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962, dijo que es necesario que la Iglesia no se aleje del “sacro patrimonio de las verdades recibidas por los padres”, pero al mismo tiempo debe “ver también el presente, las nuevas condiciones y formas de vida que han abierto caminos al apostolado católico”.
Por lo tanto, para Francisco, citando siempre las palabras de Juan XXIII, “nuestro deber no es solamente custodiar este tesoro preciado, como si nos preocupáramos únicamente de la antigüedad, sino dedicarnos con solicita voluntad y sin temor a esa obra que nuestra edad exige, prosiguiendo así el camino que la Iglesia recorre desde hace casi veinte siglos”.