BRASILIA, Brasil. El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, gobernará hasta 2022 y, pese al verbo provocador que marcó su campaña, se mostró conciliador tras la victoria, prometió apego a la Constitución y “cambiar el destino” de la mayor potencia de América Latina, tras una de las campañas más tensas y divididas del país.
El excapitán del Ejército obtuvo 57.7 millones de votos (55.13%) contra 46.8 millones (44.87%) para el izquierdista Fernando Haddad, tras el escrutinio del 100% de las urnas.
“No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda”, agregó el flamante presidente electo desde su casa de Rio de Janeiro, en un mensaje emitido en vivo por las redes sociales, llave maestra de su campaña.
Bolsonaro, un exparacaidista de 63 años, logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y hastiada de los escándalos de corrupción.
Ferviente defensor de la dictadura (1964-85) -y admirador declarado de uno de sus principales torturadores-, Bolsonaro bajó sin embargo la beligerancia y prometió defender “la Constitución, la democracia y la libertad”.
“No es la promesa de un partido, es un juramento a Dios”, afirmó Bolsonaro tras confirmarse su victoria.
Más tarde, mediante las redes sociales, Bolsonaro bajó todavía más el tono, se comprometió a “buscar pacificar al país” y pidió “acabar con eso de ellos contra nosotros y nosotros contra ellos. Vamos a unirnos todos en un solo Brasil”, expresó.
También informó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le llamó por teléfono para felicitarlo.
Por su parte, rodeado de líderes de izquierda, Haddad se dirigió a la militancia en un hotel de Sao Paulo, donde pidió respeto por sus “45 millones de votantes”, en un discurso en el que prometió seguir luchando “con coraje” por la democracia.
Haddad, quien hace poco más de un mes sustituyó como candidato del PT a Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel por corrupción, volvió a afirmar que Bolsonaro puede ser un riesgo para la democracia y encabezó un minuto de silencio “por el luto y la lucha por retomar la democracia”, que fue roto por un coro que prometió “resistencia”.
Entre llantos, semblantes de preocupación y un aturdimiento colectivo, simpatizantes de Haddad se amargaron hoy ante la derrota del PT, que sufrió su primer revés en las urnas desde que Luiz Inacio Lula da Silva fuera elegido en 2002.
El presidente brasileño Michel Temer felicitó a Bolsonaro. “Es hora de que todos unidos sigamos trabajando por Brasil”.
En tanto, centenares de miles de manifestantes celebraron eufóricos los resultados frente a la casa de Bolsonaro en Barra de Tijuca, un exclusivo barrio de Río de janeiro, agitando sus banderas de Brasil y lanzando fuegos artificiales.
Entre ellos, estaba Cristina Silva, una funcionaria de 60 años que se mostraba radiante. “El ejército está volviendo, asumiendo el poder electo. Va a entrar en la explanada de Planalto con el apoyo del pueblo”, afirmó feliz. “Sólo los bandidos, los terroristas, deben tener miedo, la gente de bien como nosotros estamos felices porque el capitán llegó”, añadió.
También hubo celebraciones importantes en Sao Paulo, la capital económica y financiera del país, y en otras ciudades.
“Es una apuesta que Brasil está haciendo”, dijo Rafael García, que festejaban en Barra de Tijuca. “El PT tuvo su oportunidad y decepcionó a mucha gente”.
“Aquí está este pueblo indignado, disconforme con la corrupción y la inseguridad, acompañando a Bolsonaro. Este pueblo habló. Es la primera vez que me siento representado”, expresó André Luiz Lobo, un empresario de 38 años.
A su lado, la médico Sheila Sani, 58 años, exclama: “Brasil esta libre de comunismo, del comunismo de Venezuela y Cuba”.
Planea para el país nuevo curso radical
El presidente electo prometió una dirección radicalmente nueva en política que va desde la lucha contra la delincuencia y la reducción del rol del Estado en la economía, hasta facilitar la explotación de las tierras indígenas. Los siguientes son algunos de sus principales objetivos políticos:
CORRUPCIÓN Luego de que el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil salpicó a la clase política, Bolsonaro ha dicho que fomentará nuevas investigaciones sobre corrupción y que terminará con el tira y afloja entre el gobierno y los partidos políticos, que ha sido una fuente importante de acuerdos secretos y favoritismo.
PRIVATIZACIONES Se comprometió a privatizar una serie de empresas con presencia estatal, incluidas unidades de la petrolera Petroleo Brasileiro SA (Petrobras) y la empresa de energía eléctrica Centrais Eletricas Brasileiras SA.
PENSIONES Mencionó que reformará el costoso sistema de pensiones para reducir el déficit presupuestario insostenible del país, una importante promesa simbólica para muchos inversores, sin embargo no ha sido claro sobre los detalles de su plan. También propuso una revisión al régimen fiscal, que incluye un gravamen a la renta fija y menos impuestos sobre las nóminas.
MANO DURA Una promesa de campaña fue la de enfrentar el aumento de la delincuencia y la violencia en las ciudades brasileñas otorgándole a la policía más autonomía para abrir fuego contra presuntos delincuentes en la zona. Además quiere enmendar las leyes para facilitar que la gente porte armas. También pretende involucrar más activamente al gobierno federal en la seguridad pública.
POLÍTICA EXTERIOR China se ha convertido en el mayor socio comercial de Brasil, pero Bolsonaro ha descrito a Pekín como un depredador que busca dominar áreas económicas clave. Se ha comprometido a detener las adquisiciones recientes de la nación asiática en los sectores de energía e infraestructura.
También se comprometió a reformular la política exterior de Brasil con EU, que se alejó en los casi 13 años de gobierno de izquierda. Siguiendo la agenda nacionalista de Trump, se comprometió a disminuir el compromiso de Brasil con los bloques regionales como el Mercosur y buscar relaciones bilaterales. También dijo que trasladaría la embajada de Brasil en Israel a Jerusalén y cerraría una embajada palestina en Brasilia.