En México existen 649 mil personas mayores de 60 años que requieren cuidados, pero dado que no tienen a quién más recurrir, son ellas quienes fungen como cuidadoras de otros familiares. También hay más de 270 mil personas con alguna discapacidad que necesitan cuidados, pero dadas las dinámicas del hogar se han convertido en cuidadoras de niños, ancianos u otras personas con limitaciones más severas.
Estos datos confirman la necesidad de crear un sistema nacional de cuidados no sólo para aligerar la carga que llevan principalmente las mujeres, sino para apoyar a personas discapacitadas y mayores de 60 años que deben sobreponerse a su propia condición para brindar atención al resto de la familia, según un informe reciente de Coneval.
De acuerdo con el estudio Evidencia generada en materia de pobreza y derechos sociales para orientar las estrategias en la construcción del Sistema Nacional de Cuidados, en el país hay 8.9 millones de personas que residen en hogares en los que sólo viven personas objetivos de cuidados, es decir, menores de edad, discapacitados o adultos mayores.
Son hogares con necesidades especiales debido a que no hay jóvenes o adultos saludables que se encarguen de trabajar, proveer y cuidar a los más vulnerables, sino que son los menos frágiles quienes deben dar el sustento y además atender al resto.
De ese universo, 7.9 millones son dependientes y 959 mil 845 son personas que dedican al menos siete horas a la semana al cuidado de otras personas.
De esos cuidadores, 270 mil 595 son personas con discapacidad, 40 mil 174 son niños y adolescentes sin discapacidad y 640 mil 076 son adultos mayores de 60 años sin discapacidad.
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“El proceso de envejecimiento de la población en México representa desafíos importantes de política pública no sólo en términos económicos y de salud, sino en el tema de cuidados y autocuidado”, refiere el estudio, uno de los últimos que publica el Coneval en su calidad de órgano autónomo, antes de que se consume su extinción y sea incorporado a la estructura orgánica del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En este sentido, agrega el texto, “los hogares y familias en México han encontrado apoyo principalmente en familiares para atender la demanda de cuidados, incluyendo a las personas con discapacidad y de 60 años o más entre las principales fuentes de apoyo para esta actividad, a pesar de su propia situación como persona que también requiere de atención y cuidados”.
Para resolver esta problemática, el Coneval recomienda garantizar el acceso de las personas con alguna discapacidad y de las personas de 60 años o más que dedican parte de su tiempo(siete horas a la semana) al cuidado de otras personas, al Sistema Nacional de Cuidados, siguiendo el principio desigualdad y no discriminación.
De igual forma, añade el documento, se debe garantizar el acceso al Sistema Nacional de Cuidados a las personas que viven en hogares conformados exclusivamente por personas consideradas como población objetivo de cuidados.
Sector vulnerable
A nivel nacional, Coneval estima que hay 58.8 millones de personas que conforman la población objetivo de cuidados; de ellos 4.2 millones son personas cuidadoras que residen en todo tipo de hogares. Es decir que 7.2 por ciento de la población objetivo de cuidados, realiza actividades de cuidados.
El Sistema Nacional de Cuidados es un proyecto que tiene el consenso de gobiernos y partidos políticos, pero que no se ha cristalizado por la falta de una ley específica y a que no se han destinado recursos públicos para instrumentarlo.
En los 100 Compromisos para el Segundo Piso de la Transformación, documento que compila las principales metas del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, se menciona en dos ocasiones el proyecto de crear un sistema de cuidados.
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De igual forma, en el apartado sobre República de y para las Mujeres, el compromiso 55 menciona la creación del Sistema Nacional de Ciudadanos, acción que estaría a cargo del IMSS y el DIF, aunque todavía no hay indicios de sus reglas de operación.
“Para lograr un modelo de bienestar mucho más equitativo y justo, resulta necesario avanzar hacia una nueva organización social del trabajo de cuidados, en la que se promueva la corresponsabilidad entre los hogares, la sociedad, el Estado y el mercado”, añade el texto.