Tras considerar que aún es prematuro un regreso total a clases presenciales en el mes de enero, José Atila Montero Acosta, presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia opinó que es conveniente que vuelva a darse la aplicación de las pruebas ‘Loli’ en las escuelas del nivel básico en Tabasco.
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En entrevista, comentó que aunque hay padres que sí han enviado a sus hijos a las escuelas, muchos todavía no están de acuerdo en que se regrese a clases presenciales al cien por ciento en enero, como es la intención de las autoridades estatales.
Esto porque todavía hay una población muy grande de personas que no están vacunadas contra el Covid-19 en la entidad.
Explicó que la mayoría de los padres de familia consideran que las clases deben ser nuevamente escalonadas e híbridas, y que conforme se avance con la vacunación, la rehabilitación de escuelas y mejore el semáforo epidemiológico, se vaya ampliando el porcentaje de alumnos que asistan a las aulas.
Asimismo, dijo que un gran número de escuelas tienen problemas de falta de agua y luz, tinacos inservibles y bombas que se robaron durante la emergencia sanitaria.
Aunado a ello, comentó que el esquema de las denominadas clases híbridas han tenido un pésimo resultado por diversos factores, principalmente porque muchos maestros no asumieron su responsabilidad de atender a sus alumnos como era su deber.
En lo que respecta a las pruebas anticovid para los alumnos, consideró que es necesario que regrese la aplicación de las pruebas ‘Loli’ debido a que permite, detectar a tiempo si un niño está contagiado de Covid-19.
“Es importante porque con estas pruebas las escuelas pueden tomar las medidas pertinentes, si se detectaba algún caso positivo o con síntomas”, expresó.
Sin embargo, reconoció que las pruebas se suspendieron porque los contagios aumentaron y aunque prometieron retomarla, esto no ha sucedido hasta el momento.
Cabe señalar que el programa “Lolli Estrategy” se implementó en los municipios de Jalapa, Teapa y Tacotalpa para detectar posibles contagios de Covid-19 en el regreso a clases y consistía que el propio niño se lleve a la boca un hiposo, en forma de paleta y sin sabor alguno por alrededor de 30 segundos, suficientes para levantar la muestra y en cuestión de horas obtener el resultado.