Era la mañana del 13 de septiembre de 2021, día en que se conmemora la gesta heroica de los Niños Héroes de Chapultepec. El gobierno estatal se disponía a realizar el acto cívico con el cual se recuerda a este evento ocurrido en 1847.
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Y lo que parecía ser un homenaje común y corriente en honor a los Niños Héroes, se vio interrumpido previo al acto protocolario por la presencia de mujer, identificada como Ana Griselda Magallanes, cuya intención era acercarse al gobernador interino, Carlos Manuel Merino Campos para hacerle una petición: necesita insulina para el tratamiento médico de ella y sus hijos.
Portando una pancarta naranja en la cual también solicitaba la barda perimetral para la colonia Casa Blanca segunda etapa, en su desesperación, la mujer aprovechó un descuido para burlar la logística e ingresar al estrado, en donde se colocó frente a los funcionarios encabezados por el mandatario estatal y los cadetes que encabezaban el evento, y ahí se mantuvo firme en su decisión de manifestar su inconformidad.
Personal de logística intentó convencerla para poder entablar comunicación , sin embargo, durante los 25 minutos que duró la ceremonia nadie la pudo convencer de retirarse del lugar.
Durante ese tiempo, la inconforme permaneció en el lugar frente al estrado, viviendo muy a su manera, el 174 aniversario de la gesta histórica de los Niños Héroes de Chapultepec.
Sin ser atendida por el gobernador y ante los medios de comunicación, la señora Ana Griselda expresó: "no hay insulina; así es como nos tratan, el ISSET tiene tres meses que no nos dan la medicina.
Vean, medios de comunicación, como me jalan sólo por pedir una insulina, vamos a terminar como Venezuela, como los talibanes", a lo que un funcionario sólo le respondió “le pedimos perdón por eso”; ella le refuta: “la vida no vale un perdón, que me jalonee esa señorita”.
Tras el éxito no obtenido, sin que ninguna autoridad se comprometiera, a darle su medicamento, la ciudadana, quien dice trabajar para el ayuntamiento, salió del lugar con una preocupación el de no ser despedida de su centro de trabajo debido a lo sucedido en el acto oficial de esta mañana, ella se se desempeña en el departamento de limpia como barrendera.
El calvario Ana Griselda data del año 2013, cuando a su esposo le detectaron diabetes mellitus, y a su hija, diabetes y cáncer cervicouterino; desde ese entonces ha enfrentado la batalla para que le otorguen los medicamentos en el ISSET y en la Secretaría de Salud, respectivamente.
En 2019, irrumpió en el Palacio de Gobierno de Tabasco, donde se desarrollaba la reunión de Seguridad de las Entidades del Sur-Sureste de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) con la misma exigencia.
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“Mes con mes es una angustia estar buscando medicamentos, mi hija necesita su tratamiento para la diabetes y para el cáncer”, indicó en aquella ocasión.
Y a dos años de distancia, la historia no es muy diferente, y habrá de seguir esperando a que el gobierno le dé una respuesta a su petición.