A unas horas de Nochebuena, los puestos ambulantes de tronadores "inundan" las calles aledañas al mercado público "José María Pino Suárez en el centro de Villahermosa.
Poco a poco han ido ganando terreno sobre la vía pública y las banquetas de manera estratégica ubicándose en esta zona que es de las más visitadas en esta época del año.
Muchas personas a su regreso del popular centro de abastos dónde realizan sus compras navideñas, no aguantan la tentación y se paran a comprar sus luces de bengala, chispitas o palomas.
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El número de pequeños establecimientos dedicados a vender artefactos explosivos ha ido en aumento conforme se van acercando las celebraciones, sin que ninguna autoridad mantenga un control sobre ellos para evitar un posible accidente.
Y es que estos se constituyen como una bomba de tiempo y significan un serio riesgo para los transeúntes debido a que en cualquier momento pidiera registrarse una explosión o incendio de toda la mercancía que guardan y la que tienen en exhibición.
Hasta ahora el Ejército, Protección Civil ni cualquier otra autoridad ha realizado algún recorrido de inspección en la zona para controlar la venta desmedida de pirotecnia en el primer cuadro de la capital tabasqueña.
