Vendiendo aguas frescas ha sacado a sus hijos adelante

Una mujer empoderada, es Jazmín de Carmen, la cual tuvo tres parejas pero todos fueron “sal” en su vida, ahora sola, asegura estar a gusto y dedicada a sus “retoños”

Héctor Trinidad | El Heraldo de Tabasco

  · miércoles 27 de enero de 2021

Foto: Carlos Pérez | El Heraldo de Tabasco

No es la primera ni será la última. Ha sufrido en la vida, pero ha tenido la fuerza y el valor de seguir adelante por sus tres hijos, los cuales son su bandera y su vida. A ellos los tuvo con sus parejas, quienes afirma la entrevistada, fueron “sal” en su vida; todos comprometidos.

Desde hace más de 3 años se instala en la zona centro de la ciudad, a la entrada de la llamada “Zona Luz”; su trabajo es la venta de aguas frescas, de naranja, de guanábana y un delicioso pozol; siempre alegre, atenta… Jazmín del Carmen, a sus 31 años de edad, nos permite adentrarnos en su vida y confiesa que hoy está tranquila, feliz; que su vida y amor, es todo para sus tres hijos, dos de ellas niñas, de edades 12, 8 y 6, su pequeño.

Trabaja todos los días; llega a las siete de la mañana y a las nueve está listo todo; está lista la venta de aguas, en las que a diario su ingreso no sobrepasa los cien pesos, pero es “algo”, y acusa de que todo es producto de la pandemia del coronavirus, del Covid-19: “las ventas están bajas, antes hasta 200 pesos me llevaba libre, pero ahora las cosas están mal”.

Foto: Carlos Pérez | El Heraldo de Tabasco

Sana, fuerte, acusa que por fortuna no ha sufrido enfermedad que le tumbe, y ni que pensar del Covid-19, al que sí le tiene “miedito”, pero rápidamente dice que tiene que salir a trabajar; conseguir el sencillo para sus hijos que tienen que comer, los cuales son cuidados por su mamá María del Carmen.

El puesto en el que trabaja, dice, es de su padre don Fidel Martínez, que tiene más de 22 años operando en esta zona del centro, y es quien la apoya. Trabaja hasta las seis de la tarde y luego parte a casa, en la colonia Indeco, en donde le aguardan sus bebés.

“Son tres mis hijos y cada uno tuvo su respectivo padre; hombres que jamás me ocultaron su condición, eran casados y así acepté; con el primero tuve a mi primera hija, el segundo otra hija y el tercero a mi hijo; este último de plano era un irresponsable. En todos hubo engaños, maltratos, pero con éste no soporté para nada las agresiones, el abuso y se tuvo que ir.

“Un hombre no es necesario tenerlo a lado, pues solas podemos salir adelante; trabajamos, atendemos la casa, y lo mejor, damos la atención que merecen a nuestros hijos aún y cuando el cansancio nos someta; por ellos, vale la pena todo”.

Foto: Carlos Pérez | El Heraldo de Tabasco

Jazmín, abunda que en efecto, sí duele, pues a pesar de todo, tuvo a una persona con quien mantuvo una relación, la cual marcó su vida, “pero se tiene que salir adelante por los hijos. Por ellos, confieso, en su momento tuve tres maridos y de los tres me separé, y hoy, ya sola, santo remedio, ya no quiero”.

Podemos pues continuar con la vida; dice ella, y precisa que a sus hijas les ha dicho que estudien, para que el día de mañana tengan una carrera y si su pareja les resulta irresponsable, procedan a dejarlo, a hacerlo a un lado y de ahí demostrar su autosuficiencia.

Entre risas, dice que los nombres de sus hijos son curiosos; recuerda que a su niña Sydney, se lo puso por aquella película de “Buscando a Nemo”; a su segunda bebé, Maritza, por una telenovela y a su hijo Edward, por la película de Crepúsculo.

“Hoy, sola, tengo todo el tiempo para consentir a mis hijos; platicar, ver una película, comer golosinas, encerrarnos en el cuarto, disfrutarlos; disfrutar de su bella compañía y tenerlos siempre vigilados y atentos a cualquier situación”.

Agrega que era muy pequeña cuando su madre falleció, y fue su abuela, doña María del Carmen a quien llama mamá, quien le brindó toda la atención, su vida, y con quien hoy, sigue viviendo y cuidando de sus hijos en sus horas de trabajo; de su padre, reconoce su gran papel; “lo amo”, expuso, y abundó que siempre le ha tendido la mano.

Está dedicada a trabajar, a sus hijos; no quiere saber de amores, ni compromisos; así, sola, dice estar a gusto, sin presión, sin complicación; no urge de una pareja, urge de estar bien con sus hijos, con su mamá María del Carmen, con su padre y sus hermanos. De una posible oportunidad para ella, en el amor, sólo levanta la mirada, encoge los hombros, y dice, “me reservo ahí…”.