Como “pan caliente” se vendieron ayer las tradicionales vestimentas de inditos, con las cuales se acostumbra a vestir a los niños y niñas durante el 12 de Diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, como manda a la Morenita del Tepeyac.
Ante ello, los devotos invirtieron desde 150 hasta 300 pesos en los trajes completos, dependiendo el modelo, el tamaño y los accesorios, como el huacal o el ayate en donde –se dice– el indio Juan Diego llevó las flores por mandato de la guadalupana, y en donde también, apareció plasmada la imagen de la misma ante los ojos del primer Obispo de México, Juan de Zumárraga.
En un recorrido realizado por este medio de comunicación, se pudo constatar la alta demanda en este año, situación que los comerciantes calificaron como un incremento en la fe católica, y especialmente, a la Virgen María.
Así lo expresó la señora Argelia Castro Almeida, quien expuso para este matutino que ante la situación de violencia, inseguridad y crisis económica que atraviesan las familias tabasqueñas, no les queda de otra que apegarse a la religión y confiar en la virgencita.
“Yo pienso que se debe a todo lo que está pasando en el mundo, no hay trabajo, no hay dinero, pero sí han inseguridad y violencia, entonces, los tabasqueños tenemos que confiar, y eso estamos haciendo, por eso crece la devoción”, apuntó.
La señora Argelia lleva 15 años comercializando este tipo de vestimenta, e indicó que el año pasado si hubo bajas ventas, no obstante, en esta edición está repuntando.
Dicha mercancía –dijo– proviene del Centro de País, específicamente de los estados de México y Puebla, en donde son elaborados y distribuidos a diferentes partes del País.
“Yo, y muchos aquí la mandamos a pedir de Puebla y el Estado de México, allá nos resulta más barato, para que también lo demos más barato aquí, se trata de ayudarnos un poco todos”, indicó.
La tradición de vestir a los niños de inditos viene desde años ancestrales, y se hace como una forma de honrar a la Virgen Morena, principalmente en su día. Es así que cada 12 de Diciembre las familias católicas acostumbran a vestir a los pequeñines de inditos para presentarlos ante el altar de la guadalupana, y de esta forma, mostrarle su fe y devoción.