A la largo de la historia de la humanidad los animales han acompañado al hombre en su evolución y en su desarrollo. Los primeros que tuvo el hombre primitivo fueron los domésticos, ya sea para guarda y custodia como los perros, o para alimentación como las aves de corral, algunos mamíferos o bien los animales de los que se aprovechaba su piel para vestimenta.
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Pero, a decir de la animalista y protectora independiente, Julia Mollinedo “Abogata”, la relación que el hombre estableció con los animales nunca ha sido equitativa o justa, puesto que los animales no sólo sirvieron para lo anteriormente mencionado, sino que más allá de ello, lo acompañaron en las guerras y conquistas donde al igual que sus amos, murieron en trágicas circunstancias.
La pionera en derecho animal en el estado de Tabasco afirma que, hasta el día de hoy, el maltrato animal se sigue dando de manera brutal y desalmada a pesar de los grandes esfuerzos que se realizan en materia de leyes, valores y ética.
“El maltrato animal en vez de minimizar sigue acrecentándose. Una de las formas más crueles es el maltrato por omisión, que consiste en no alimentar a un animal de compañía o mascota, ya sea de manera dolosa o culposa, bien abandonarlos en tejados, sabiendo de las altas temperaturas que tenemos en la entidad, y que cuando llueve suele hacerlo por días completos, lo que puede enfermarlos o causarles la muerte”, refirió.
De igual manera, personas sin escrúpulos suelen abandonar de manera dolosa a las mascotas, en especial perros o gatos, que en un primer momento compraron o adoptaron, lo acostumbraron a la vida familiar, y por razones que la mayoría de las veces carece de justificación válida, toman la decisión de abandonarlos, por lo general en carreteras o caminos rurales, condenándolos a una muerte cruel, ya sea por atropellamiento, inanición, envenenamiento o golpes; y en el caso de las hembras, suelen morir por partos que no pueden llevar a buen término, denunció la activista.
La “Abogata” recomienda que si decide comprar o adoptar un animal de compañía, se haga de manera conciente de la responsabilidad que conlleva, ya que al hacerlo, se adquiere una responsabilidad con un ser vivo, que requerirá de diversas atenciones que afectará en cierta medida la economía y el estilo de vida, “por eso les reitero que si han decidido tener un animal en casa, no sea por unos días, por una moda o mientras está chiquito y bonito; un perro puede llegar a vivir hasta 20 años, y un gato hasta 15, y aún para partir de esta vida, se tendrá la responsabilidad de darle una despedida digna”, finalizó Mollinedo.
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