Este es el relato de un experimentado socorrista de la Cruz Roja Mexicana delegación Tabasco, que acudió a prestar auxilio durante la erupción del volcán Chichonal, en Chiapas, hace 39 años. La reproducimos íntegra debido a que contiene aspectos interesantes sobre este evento que sepultó a 12 poblados zoques, dejando más de 2 mil muertos y cuantiosas pérdidas materiales en al menos tres estados del país, incluyendo Tabasco.
Por así convenir a sus intereses, el entrevistado decidió resguardar su identidad.
"Al momento de la erupción, yo estaba en mi trabajo, un empleo nocturno que tenía. De la Cruz Roja me avisaron que habían salido dos ambulancias rumbo a Teapa, y de allá a Pichucalco, porque les habían avisado que había hecho erupción un volcán.
"Yo me quedé intrigado. Pedí permiso en mi trabajo. Mi jefe me dijo que sí, que efectivamente, más allá de Pichucalco, en la sierra, había un volcán que se llama el Chichonal. Me preguntaron que sí podía yo acudir a la Cruz Roja a dar apoyo con otra ambulancia porque se habían suscitado muchos problemas. Llegué a la Cruz Roja y tomé una de las ambulancias. Alguien me sugirió avisar en la en la zona militar de que iba yo para allá, por si se ofrecía algo.
"Me acerqué a la zona militar, los militares, estaban parcialmente enterados de que si había sucedido algo catastrófico allá en las montañas, adelante de Pichucalco. Salí en la ambulancia que me que me dieron; yo soy conductor de ambulancia de emergencia en la Cruz Roja y también socorrista. Me llevé al poquito personal estaba conmigo. A 30 kilómetros de la ciudad ellos me dijeron que les habían avisado de Pichucalco, y de Teapa, que el volcán había hecho erupción como a las 9:30 de la noche.
"Era la una de la mañana. Manejaba por la carretera cerca de la zona de desastre y empecé a notar que los lados del camino había polvo. No le di importancia, pero conforme iba yo avanzando hacia Teapa, el polvo se hacía más denso. Y yo pensaba: qué raro, por qué habrá tanto polvo en la orilla de la carretera, cuál sería mi sorpresa que a 15 km de Teapa estaba ¡lloviendo polvo!
"Con los limpiadores a duras penas yo podía ver. Salí inicialmente a cien, ciento veinte kilómetros por hora, pero ya en los últimos tramos, cerca de Teapa, yo iba a 10 o a 20 porque no veía absolutamente nada; cuando llegué al entronque de la carretera de Pichucalco en Teapa, los policías que estaban ahí me pidieron que acudiera al Palacio Municipal porque el gobernador del estado tenía media hora que había llegado y quería que me reportará con él...
"Alguien le había avisado que la Cruz Roja ya estaba funcionando cerca del volcán, cerca del lugar en donde ocurrió la erupción. Entonces el gobernador (de Tabasco) que era Leandro Rovirosa Wade, me recibió y me dijo: pues quiero que vaya usted hasta Pichucalco y determine como está la zona y qué se necesita, y si se puede regrese y me haga un informe directo a mí en el Palacio de Gobierno. En un ratito salgo a Villahermosa. Vine acá porque en el momento en que empezó a caer el diluvio de cenizas que usted ya vio en el camino, la gente Teapa se alborotó toda. Los que tenían carro se vinieron hasta a Villahermosa y hubo varios choques, algunos heridos, pero ya tenemos la situación controlada. Entonces necesito que me traiga un informe de Pichucalco, por favor...
"Yo le dije que sí. Me dirigí a Pichucalco con una de las ambulancias me había encontrado en el camino; cuando nos cruzamos, me dijo: llevo 8 heridos. Me dirigí a Pichucalco, que estaba a 25 kilómetros de Teapa. Todo estaba oscuro, seguía el mar de cenizas y en el pueblo no había luz, no se veía nadie en la calle y lo único que vi muy cerca del Palacio de Gobierno fue la otra ambulancia. Estaba descompuesta, entonces, con la poca gente que logré ver en la calle me enteré de que todo mundo estaba resguardado en sus casas y que ahí no había pasado gran cosa, pero que esperaban que de la sierra bajara mucha gente porque el volcán se encuentra aproximadamente en línea recta a unos 20 o 25 kilómetros de Pichucalco...
"Claro que para para un terreno que es pura montaña, 25 o 30 Km serán como una media hora, por la elevación, entonces de noche no podíamos ir para allá, no sabíamos por dónde era, porque el Chichonal está a un costado de la carretera principal, la carretera principal va hasta Tuxtla; a 20 kilómetros o 25 de Pichucalco hay una desviación de terracería, y siguiendo esa terracería se interna en la serranía alrededor del Chichonal, está muy retirado...
"En fin, ya con toda esa información me regresé, la ambulancia de la Cruz Roja no funcionaba, la empujé con mi ambulancia hasta Teapa, ahí la gente estaba más tranquila. Todavía en mi ambulancia recogí dos o tres heridos más que necesitaban atención porque todo estaba cerrado en Teapa y me los llevé...
"Regresé a la base de la Cruz Roja aproximadamente como a las 7 u 8 de la mañana, y por el radio iba yo pasando la información. Me fui directo al Palacio de Gobierno y me dijo el gobernador: quiero que establezca un puesto de socorro en Pichucalco porque no sabemos cuánta gente va a bajar lastimada de los cerros. Entonces ya se habían juntado como seis camionetas y como 15 o 20 socorristas y ya tenían preparada otra ambulancia para mí con todo lo necesario para poder trabajar allá en Pichucalco, porque todo estaba de cabeza, no sabía qué iba a pasar...
"Llegamos como a las 6 de la tarde y ya había en el parque mucha gente lastimada y el único lugar donde podíamos atenderlos para no estar a la intemperie era en el Centro de Salud, todo estaba cerrado, pero habían dejado una especie de bodeguita en la salida, ahí nos instalamos, y no había absolutamente nada...
"Nosotros nos encargamos del Centro de Salud, llevamos a una trabajadora social y a dos o tres enfermeras, uno o dos médicos y yo con mi ambulancia y otras tres más, cinco o seis carros o camionetas que iban a ser los recorridos hacia la serranía. Entonces se organizó todo, yo me quedé a cargo del Centro de Salud y de los vehículos. Esa primera noche la pasamos despiertos hasta las 9 de la mañana del otro día y en ese lapso atendimos a 400 personas que bajaron de la montaña, y así cumplimos el primer día...
"Al otro día en la mañana teníamos una lista de 200 o 300 personas para ser atendidas por la Cruz Roja ahí en ese centro de salud y empezaron a llegar ese momento ambulancias de Chiapas; nos integramos para para estar al pendiente de lo que sucediera...
"Estaba cansadísimo de ayudar a los que subían y bajaban de la serranía, acercando a las personas que no podían caminar de tan lejos, y los demás atendiéndolas, la gente del pueblo nos empezó a ofrecer comida, nosotros llevamos cosas para trabajar, pero nada para comer, por lo que nos llevaban algunos alimentos y así sobrevivimos la primera noche...
"Como a las 10 de la mañana ya alguien nos dijo que por favor, fuéramos al aeropuerto local porque iba a bajar un helicóptero del gobierno del estado y que traía más lastimados, que por favor estuviéramos al pendiente; acudimos con cuatro ambulancias, estábamos en el aeropuerto chiquitito que hay arribita de Pichucalco... después de una media hora que no llegaba nada, vimos un jeep con tres soldados y un general...
"Yo, por estar al pendiente del puesto de socorro tampoco había dormido mucho, estaba yo cansado, me acomodé debajo de la ambulancia y al ratito observé que se acercó el jeep, se bajó el general, o capitán, quien sabe qué sería, y empezó a regañar a todos los socorristas que estaban igual que yo descansando, alcance oír que esa persona decía que hacen ustedes aquí echados, si los heridos no están en otra parte y usted están aquí como si nada descansando, y todos se quedaron callados, nadie dijo nada, y yo me acerqué y le dije disculpe, señor, nosotros estamos aquí desde hace 48 horas trabajando sin parar y el personal está cansadísimo. Nos pidieron que subiéramos aquí, porque iba a llegar un helicóptero con heridos. Usted es la primera persona que llega del Ejército a asomarse a ver qué hay. El capitán o general o lo que haya sido, se volteó y le preguntó a sus acompañantes: ¿esto es cierto, no ha venido nadie? No mi general, todos están por allá del otro lado. Somos los primeros porque nos adelantamos. Entonces él respondió: Ah, bueno, sigan descansado. Y se fue y luego ya no lo volví a ver...
"Después bajó un helicóptero y venía lleno de sacos de maíz y sacos de frijol, se bajó el piloto y dijo; esto lo vamos a dejar aquí para que lo repartan. Le dije: eso no se necesita, se necesita agua, comida, galletas o cosas simples, no un saco de 80 kilos de frijoles, ¿dónde lo van a hacer? Tienen qué traer algo que le sirva la gente. Se fue el helicóptero y ya en la tarde de ese día estábamos mejor organizados. Había unas doce ambulancias...
"Al principio los heridos eran sólo golpeados, ellos se lastimaban cuando salían huyendo de sus casas, pero ya los últimos veinte o treinta que llegaron eran quemados... provenían de hasta donde alcanzaban a llegar los vehículos, porque caían las cenizas calientes...
"Hasta ahí llego el gobernador de Chiapas, que quién sabe quién sería, y me dijo uno de los socorristas; doctor, el único hotel que tiene la entrada del pueblo de este tamaño es la mitad de esto, y hay escaleras para subir a los cuartos. El gobernador dijo: que se atiendan ahí a los quemados, pero nosotros lo vimos mal porque primero estaba muy difícil la entrada y la subidera y la bajadera, así que necesitamos que usted vaya y organice eso. Entonces me acerqué al gobernador y le dije: oiga, el centro que usted escogió para atención está bueno para heridas y cortadas leves, pero está totalmente fuera de lugar para los quemados...
"Respondió: ¿por qué dice eso usted? Porque todos los quemados necesitan un tratamiento especial y un lugar especial y aquí no hay nadie que se lo pueda dar. ¿Entonces usted quiere que se vayan todos a Villahermosa? Está cerca y en una hora están recibiendo atención integral, le respondí, entonces él llamo a su jefe médico que lo trajeron quién sabe de dónde, le dijo todo lo que yo le acaba de explicar y el doctor dijo sí, tiene razón el socorrista, hay que hacerlo porque aquí no se les puede dar atención. Entonces mandamos a los primeros diez o doce, y después mandamos catorce, quince, y ya se los llevaron a todos a Villahermosa, ya después de los siguientes días ya mejor organizados nuestras patrullas subían y bajaban y traían a todos los que necesitaban atención o los que se querían salir...
"El personal hizo como seis albergues que se repartieron en toda la ciudad, en escuelas donde no tenían clases porque todo estaba de cabeza en Villahermosa. De la gente que bajó de Pichucalco había aproximadamente unas cuatro mil personas a las que se le dio albergue durante cerca de un mes, mientras se componían las cosas en Pichucalco...
"Esta situación duró aproximadamente una semana, y ya luego se fue aminorando y la gente que pasó a ser atendida en Villahermosa estuvo aproximadamente un mes, mes y medio albergada. ¿Cuál creen que era la enfermedad más común en los albergues? La diarrea. Es triste, pero la gente de los ranchos solo estaba acostumbrada a comer una sola comida al día, y acá les daban tres veces, y por eso todo mundo se enfermó de diarrea..."