A pesar de que las lluvias dieron tregua unas horas y el río Teapa descendió considerablemente, los habitantes de las comunidades aledañas siguen viviendo con el temor de que de un momento a otro el afluente vuelva a desbordar, ahora con mayor intensidad y el agua invada nuevamente las viviendas ocasionando daños severos a sus propiedades y pertenencias.
Tal es el caso de la ranchería “José María Morelos y Pavón” segunda sección, perteneciente al municipio de Teapa, donde los lugareños lograron contener el desborde del río colocando una barrera de costales sobre el muro de contención de poco más de un metro de altura, aunque el agua alcanzó a entrar a unas casas y a rodear otras.
Pero prácticamente no duermen ante la amenaza de que continúen las lluvias en las próximas horas y no es para menos cuando el caudal del río está prácticamente a tope y nadie quiere salir de casa para al menos sacar algunos enseres y salvar a sus animales de traspatio que son en gran parte el sustento diario en caso de presentarse una contingencia.
Domingo Álvarez López, oriundo de Macuspana, pero avecindado en el lugar desde hace casi un lustro, tuvo que salir de su modesta vivienda y establecerse en otra situada a orillas de la carretera porque considera que por su avanzada edad un eventual desborde podría sorprenderle y no darle la oportunidad de huir por su vida.
Ahí, improvisó un fogón en el que puso a cocer frijoles para el almuerzo, esperando que el agua baje en los siguientes días para poder regresar a su propiedad, de otra forma se quedará en ese sitio hasta que el riesgo haya pasado por completo.
“A mi casita nomás la rodeó el agua, no se metió gracias a la gente se avivó y colocó costales encima del bordo porque ayer ya estaba desbordando hacia el patio, pero si sigue lloviendo va a seguir creciendo y eso nos preocupa”, indicó el anciano de 75 años.
En tanto, su vecina María del Carmen Cruz Zúñiga relató que a su casa si alcanzó a entrar el agua, aunque previendo situaciones de tal naturaleza desde hace mucho tiempo opta por levantar sus cosas para que el agua no la maltrate a su paso.
Se vino horrible la lluvia, el río cruzó el bordo y tuvimos que salir rápido de las casas por miedo a que nos llevara todo la corriente; por suerte y gracias a Dios no perdimos nada porque siempre tenemos la costumbre de alzar lo poco que tenemos, las sillas, la mesa
Y añadió que: “eran chorros grandes, lo bueno que logramos poner estos costales, vino gente de aquí mismo a ayudarnos, porque las autoridades del municipio ni siquiera han venido a ver en qué condiciones estamos”.
Localidades cercanas están en la misma situación, con el agua en los patios y a punto de invadir los hogares, por lo que se mantienen alertas para no verse sorprendidas por una contingencia que incluso, pudiera poner en riesgo sus vidas.
