Desde hace ya algunos meses, Gladis “N” junto a su esposo Isaac”N” se fincaron a la orilla del Río Grijalva en Villahermosa donde vieron más cerca que nadie como el agua incrementó a sus niveles más altos, hasta que tuvieron que salir corriendo del lugar.
A casi seis meses de distancia de esos hechos, la tierra se ha secado, el camellón tiene mucha arenilla, ahora con lo que poco que ganan como franeleros en el centro de la ciudad, pueden cocinar algunos alimentos
En su pequeño cuarto, construido con lámina, palos y ramas ahí pasan la noche, con el temor de que alguien llegue hacerles daños, pues señalan que en una ocasión alguien intentó meterse al lugar, por lo que su esposo le tuvo que meter cuatro planazos.
La pequeña vivienda, en la cual no tiene energía eléctrica, señala que en los días de calor, han tenido que salirse por horas al aire libre pues la lámina siempre está caliente por los rayos del sol.
En el terreno que es propiedad Federal, reconocen que llegará el momento en que tendrán que buscar otro sitio, pues ya han empezado a tomar medidas con la remodelación que se hará en los próximos meses.
En el área se observan matas de plátano, maíz y limón que se han podido sembrar, entre sus propiedades hay un perro negro de nombre “Chamaco”, el cual al ver una persona muy cerca del lugar no cesa de ladrar.
Este día, la comida fueron tamalitos de frijol, los cuales se cocinaron en un pequeño fogón que se ha elaborado. La señora Gladis pide a la ciudadanía si alguien la puede apoyar con alguna despensa.