Su hogar no es como el de la mayoría de las familias, sin embargo, la fatalidad de la vida orilló a estos tres personajes a improvisar su refugio debajo de un puente ubicado sobre la avenida Gregorio Méndez Magaña, justo a la altura del parque recreativo de la colonia Atasta de Serra, en donde pasarán las fiestas de Año Nuevo a como lo hicieron para Navidad.
Desde hace cuatro años este ha sido el hogar de don Luis, quien posteriormente alojó a su compadre Alberto y recientemente a su amiga Beatriz que se quedó sin casa.
La historia –relató– comenzó con una colchoneta vieja y un cobertor que recogió en un basurero de la colonia Guayabal, desde ese punto, caminó en busca de un lugar para pasar la noche arrastrando su carrito de chatarra y llegó hasta el mencionado puente, que esta cimentado sobre la avenida Méndez.
“Aquí, yo, llegue me acuerdo más o menos que fue en el 2014, creo, pero iba y venía, me movía, hasta que ya de plano me quede aquí porque es un buen lugar, aquí nos hemos acomodado y ahí poquito a poquito porque no tenemos donde vivir”, abundó don Luis, quien dijo apellidarse Colome Sancho Panza.
Luego de solo tener su colchoneta y su carrito de chatarra, actualmente han improvisado y adaptado este espacio urbano con objetos que obtuvieron de la basura, de ahí recogieron una mesa, algunas sillas, y hasta un sillón, entre otros mobiliarios.
Para poder preparar los alimentos, don Alberto instaló un fogón, el cual usaron para preparar un pollo con verduras que comieron en la cena Navideña, y ahora, planean hacer otro para Año Nuevo, “será eso otra vez o lo que consigamos”, indicó la señora Beatriz.
“Cuando llueve es un lugar seguro, además no han calor, hay mucha luz, y la gente nos apoya mucho, a veces nos traen comida o ropa”, comentó don Luis, quien se dedica a la pepena, vendiendo los materiales que puede, y quedándose con lo que necesite para la habilitación de su hogar.
Su mayor temor es que alguna autoridad llegue a quitarlos, pues aseguran que no tienen otro lugar para vivir y están solos en el mundo. Lo anterior, al referir que algunos vecinos, de las colonias cercanas, se han quejado de su permanencia en el lugar, acusándolos de delincuentes.
“Si nos da miedo que nos levante porque entonces ¿Qué vamos a hacer? ¿Adónde nos vamos a ir?, aquí es todo lo que tenemos y nosotros pues ahí andamos como pollitos, acompañándonos, es que hay gente que nos dice rateros, pordioseros, pero nosotros no le hacemos mal a nadie”, indicó don Alberto.
Antes de convertirse en personas en situación de calle, don Alberto era pintor, don Luis zapatero, en tanto, la señora Beatriz dijo que desempeñó algunos trabajos como ayudante en fondas de comida.