La pandemia ha sido en estos últimos meses un monstruo silencioso que corroe lentamente las esperanzas de los tabasqueños, no obstante entre las calles antiguas de Villahermosa se escucha a lo lejos una escuálida voz dulce, ulula canciones rancheras viejas y del momento.
Y es que Don Orlando Molina, un abuelito de 66 años, aún no pierde la esperanza de trabajar como cantante un día, se dedica a cantar todos los días en el centro histórico de la ciudad de Villahermosa.
Menciona que lo hace como una manera de diversión, ya que esto lo aleja de pensamientos negativos que la pandemia provocada por el Covid-19 genera a las personas.
Con pasos arrastrados, camina lentamente al corazón de Villahermosa, pone en el suelo un pequeño sombrero grisáceo boca arriba, prepara su micrófono, cierra los ojos, y olvida por un momento (en lo que la canción dura) las dificultades que estos tiempos traen.
Las rancheras son sus favoritas, de las viejitas hasta las más actuales, es el repertorio que por el momento trae en cartera, ganando aproximadamente al día de doscientos a trescientos pesos.
La gente que pasa a su alrededor, por una fracción de segundo olvida sus problemas, se quedan un momento contemplando su melodía, sonríen o al menos eso imagina don Orlando, ya que el cubrebocas les tapa el rostro, y depositan una moneda en el sombrero.
Don Orlando comenta que ha podido sobrevivir al coronavirus, comiendo frutas y vegetales, haciendo ejercicio y sobre todo teniendo muchos pensamientos positivos, y que lo que le reste de vida en este mundo, dedicará su vida al sueño que ha tenido desde niño; ser un cantante profesional.