Después de albergar a 83 jóvenes en el año 2015, el Centro de Internamiento para Adolescentes, a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, llegó al 2021 con 25 infractores que deben cumplir una condena por su participación en delitos como homicidio, robo y secuestro.

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De acuerdo con los datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a El Heraldo de Tabasco vía transparencia, esta disminución se ha dado de forma paulatina.

En el 2015 el número de internos, entre hombre y mujeres, era de 83. Este número pasó en el 2016 a 56 jóvenes infractores, y al año siguiente, registró a 51 adolescentes albergados.

La reducción continuó en los años subsecuentes, hasta llegar al 2021 con 25 internos, de los cuales 23 son hombres y 2 son mujeres, quienes cumplen sus condenas en espacios separados.

La salida de los adolescentes del Centro en su mayoría ha ocurrido por cumplir el tiempo de su condena, y desde el año 2020, se reportan estancias domiciliarias de los infractores. Pero también se registran casos de excesos policíacos, en los que las detenciones no son calificadas como legales, por lo que los jóvenes detenidos de esta forma son dejados en libertad.

El resto se tiene que quedar a terminar sus penas, que pueden ir desde los 10 meses hasta los 8 años de internamiento, dependiendo del delito por el que fueron castigados.

La dependencia estatal muestra en los documentos entregados a este medio que la mayoría de los jóvenes fueron detenidos por su participación en robo, homicidio y secuestro. Son los principales delitos.

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La edad de los internos se encuentra entre los 14 y los 18 años, sin embargo, el mayor número de los huéspedes temporales del centro reporta 16 años de edad. Los que tienen que convivir en celdas que cuentan con ventiladores, camas y mesas de piedra. Así como agua potable, baños y energía eléctrica.

A principios del 2019, la esposa del entonces gobernador Adán Augusto López Hernández recorrió el tutelar, en donde el personal médico del lugar explicó la dificultad que tienen para contar con antibióticos y otros medicamentos para atender dolores o controlar la temperatura cuando los muchachos se enferman. Son las peripecias que los jóvenes que purgan una condena deben pasar.