Lágrimas de fe y un gran fervor guadalupano se vivieron este miércoles 12 de Diciembre en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (localizado en la colonia 1º de Mayo), donde miles de feligreses se dieron cita para cumplir sus mandas religiosas y hacer nuevas promesas a la Morenita del Tepeyac con respecto a alguna causa especifica.

Tal es el caso de José Antonio Jiménez Cardoza y Gabriela Ramírez Náhuatl, un matrimonio de cuatro años quienes tras varios intentos de embarazo, por fin en este 2018 la Virgen les concedió el milagro, y en agradecimiento, acudieron a su altar para depositarle flores, vestidos de inditos.

Originarios de Villahermosa, fue en 2014 cuando José y Gabriela contrajeron matrimonio con la ilusión de formar una familia, sin embargo, aun estando clínicamente sanos, su deseo no había podido concretarse, hasta que el 12 de diciembre de 2017 le hicieron una promesa a la Virgen Morena, quien intercedió por ellos para que hoy Gabriela tenga seis meses de embarazo.

"Nuestra devoción ha sido siempre, sin embargo es la primera vez que venimos, es nuestro primero año, somos un matrimonio de cuatro años que no habíamos logrado embarazarnos a pesar de estar bien clínicamente, y pues le hicimos la promesa a nuestra Señora de Guadalupe, que por su intercesión pidiera por nosotros para lograr embarazarnos, y el resultado fue que tenemos seis meses de embarazo y aquí estamos dándole gracias, poniéndolo en sus manos y haciéndole la promesa de venir el año que viene con nuestro bebé”, apuntó José Antonio.

De acuerdo a los ultrasonidos, será un varón al que Gabriela dé a luz el próximo mes de febrero, quien llevará el nombre de José, en agradecimiento a la Virgen por tan grande milagro.

“Teníamos la promesa de que si era mujer se iba a llamar María Guadalupe, pero es niño y va a llevar el nombre de José”, delineó.

Fue desde tempranas horas cuando cientos de católicos se dieron cita en este santuario, para comenzar con la mañanitas a la Lupita en punto de las 5:00 horas, y posteriormente presenciar las varias eucaristías, dentro de las más significativas, la ofrecida por el Obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Roja Lope, a las 19:00 horas.

Durante todo el día, se pudo observar la presencia de familias que presentaron a los pequeñines vestidos de inditos ante el altar de la Madre de México, la Virgen María, mientras dejaron flores y veladoras.

De igual forma, las caravanas de empresas, uniones y organizaciones en general hicieron su arribo en diferentes horarios, para recibir la bendición de la Guadalupana.

ENTRE 15 MIL Y 20 MIL PERSONAS VISITARON EL SANTUARIO DURANTE EL DOCENARIO A LA VIRGEN

En este sentido, el párroco del santuario, Denis Ochoa Vidal, indicó que desde el 1 al 12 de diciembre que se realizó el novenario a la Virgen de Guadalupe, se recibieron de 15 mil y 20 mil creyentes, entre antorchistas, peregrinos y feligreses en general.

Ante ello, indicó que las celebraciones a la Morenita son el tiempo perfecto para que las familias privilegien la comunión, el perdón y la reconciliación

“La fiesta de hoy es prácticamente una fiesta nacional, porque la Virgen de Guadalupe sigue siendo para México un vínculo de unidad, es su estandarte, es su bandera y ojalá que todos los mexicanos podamos captar el mensaje de Guadalupe, es un mensaje de formar familia, de hacer casa, de hacer la comunión con el perdón, con la reconciliación y con la ayuda mutua”, aseveró.

De la misma forma, exhortó a los católicos a que durante esta temporada decembrina no caigan en los vicios ni en el consumismo.

“Es un tiempo muy oportuno, ojalá que las familias lo aprovechen para unirse, para reconciliarse, para perdonarse, que no desperdicien su vida y su tiempo en vicios o en el afán desmedido de comprar cosas y una temporada de consumo que nos atrapa, que no caigamos en el consumismo”, indicó.

TABASQUEÑOS CELEBRAN CON REZOS EN LOS HOGARES

Como parte del tema, en las calles de Villahermosa se escucharon los cantos, música en vivo y los cohetes, provenientes de los hogares en donde se realizaron rezos en honor a la Virgen.

Y es que fue una gran fiesta la que se vivió en las colonias populares de esta ciudad, donde los católicos organizaron significativas muestras de júbilo y devoción, enmarcadas en la realización de rosarios, y posteriormente, convivios familiares con cantos guadalupanos a todo volumen, al pie de altares adornados con globos y flores.