“Unas monedas, un peso, agua o comida”, son algunas de las frases que se escuchan todos los días no sólo en los cruceros de la ciudad de Villahermosa, sino en algunos sitios concurridos, como la Zona Luz, el mercado público José María Pino Suárez, el Parque Tomás Garrido e inclusive los atrios de algunas iglesias como la Catedral del Señor de Tabasco.
Quienes las pronuncian lo mismo son niños, personas de la tercera edad, mujeres y personas con alguna discapacidad. A ellos se suman algunas familias de inmigrantes centroamericanos que están de paso por tierras tabasqueñas, pero aprovechan para obtener algún apoyo en dinero o en especie que los ayude a continuar con el sueño americano y proseguir su camino hacia la frontera con Estados Unidos.
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Un “negocio” bien pagado
Sin embargo, algunos de ellos han hecho de esto un modus vivendi, y a pesar de que cuentan con vivienda se han acostumbrado tanto a la forma en que obtienen dinero, ya que algunos llegan a juntar de 300 hasta 600 pesos diarios, por menos de una jornada de trabajo que implicaría un sueldo mínimo, que es de 172.87 pesos diarios.
Tan sólo en el Centro Histórico de Villahermosa, durante la pandemia de Covid-19 la mendicidad aumentó en casi un 30 por ciento. Esto al detectarse la presencia de adultos y menores de edad provenientes de otras partes del país.
De acuerdo al líder de la Unión de Comerciantes Fijos y Semi Fijos de la Zona Luz, Lenin García Pérez, cada vez son más los menores de edad que piden dinero a las personas que transitan por las calles del Centro, además de que hay un buen número de adultos que permanecen la mayor parte del tiempo bajo los efectos de las bebidas embriagantes y en algunos casos, hasta de drogas.
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Indicó que existe evidencia de que algunos de los niños que han visto mendigando en el Centro Histórico provienen principalmente del vecino estado de Chiapas, y principalmente se reúnen en el parque Juárez y zonas aledañas.
Niños son explotados por red de tratas
Por su parte, la activista Alejandra Arias Gómez opinó que la razón por la que se ha incrementado la mendicidad sobre todo infantil, es por la falta de aplicación de las leyes, y por la impunidad. “Esto se debe a la impunidad de la que gozan los exploradores de esos niños, ya que son redes de trata integradas por incluso, familiares de las víctimas”, expresó.
La presidenta de la Asociación civil Aldea por los Niños, dijo que a plena luz del día llegan a los cruceros a dejar a estos niños para que laboren durante largas jornadas. “Los explotadores usan desde bebés recién nacidos hasta niños y niñas de 12 años”, expresó.
Refirió que en lo que va de la pandemia se duplicó la mendicidad infantil en Villahermosa y algunas cabeceras municipales. Cabe señalar que la Procuraduría Estatal de Protección de la Familia y los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes tiene identificado ya su modus operandi, ya que a cierta hora de la mañana salen y distribuyen a los niños en diversos puntos de la ciudad.
Mientras que al terminar la jornada del día, hasta la noche, regresan, los recogen y los llevan al domicilio donde tienen su asentamiento Las víctimas se pueden encontrar en distintos lugares además de los cruceros: En terminales de autobuses, en los alrededores del mercado Pino Suárez, parque Juárez y el centro de la ciudad.
Mendicidad infantil aumentó 50%
De este modo, de acuerdo a las autoridades la presencia de niños en la calle aumentó por la pandemia en un 50 por ciento, aunque organizaciones civiles sostienen que el incremento fue al doble. En ese sentido, el integrante del Colegio de Abogados Sergio Antonio Reyes, explicó que la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tabasco deja en claro que las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a que se les preserve la vida, a la supervivencia y al desarrollo.
Indicó que también en su artículo 115 establece que la Procuraduría Estatal de Protección (Profade) debe denunciar de manera obligatoria ante el Ministerio Público aquellos hechos que se presuman constitutivos de delito en contra de niñas, niños y adolescentes.
Cabe señalar que la propia Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tabasco precisa que se impondrá una multa de hasta mil 500 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización a los servidores públicos cuando conozcan la violación de algún derecho de algún niño o adolescente e indebidamente se abstengan de hacerlo del conocimiento de la autoridad competente.
Proliferan en las calles de Villahermosa
Los principales cruceros donde se pueden ver a estas personas son Ruiz Cortines y Paseo Tabasco, así como todo el corredor de Paseo Usumacinta, sobre todo en las cercanías con el Periférico Carlos Pellicer Cámara. En esa zona, Pedro “N”, quien todos los días llega con su familia a vender paletas y pedir apoyo a los automovilistas, reconoce que cuando les va bien, obtienen hasta 400 pesos. Eso sin contar que muchas personas les llevan comida, agua o refrescos.
“Estamos aquí porque no nos queda de otra, está muy dura la situación y tenemos que vender paletas o chicles”, expresó. Más adelante, Leticia “N”, es una joven que en un tiempo estuvo “trabajando” con los cilindreros, recogiendo también las monedas de los automovilistas.
Sin embargo, decidió cambiarse de sitio y apoyada por unas niñas menores de edad optaron por pedirles apoyo a las personas de buen corazón. Muchas veces no nos dan nada, pero hay otras que sí son buenas con nosotros y nos regalan comida”, indicó. En general, en toda esa zona delimitada entre la Plaza del Cayuco y el Puente Carrizal IV, en horarios concurridos se pueden contabilizar hasta 15 personas distribuidas en los diferentes semáforos.
Muchos son menores de edad que con dificultad cruzan las calles, arriesgándose a sufrir un accidente, mientras que otras son personas de la tercera edad que caminan acompañadas de otro adulto. De este modo, las calles y avenidas concurridas de Villahermosa se han convertido en el lugar de operación de decenas de personas, que ya han cambiado la estrategia de vender productos o limpiar parabrisas, por la práctica de pedir dinero.
Algunas veces llevan un niño en brazos e inclusive hasta una mascota para despertar la lástima y la caridad de los transeúntes. En otras zonas, como el Parque Tomás Garrido y la avenida Paseo Tabasco, María “N” es quien acostumbra acercarse a las parejas de enamorados para pedirles unas monedas.
“Si no le da uno nada, hasta te insulta”, comentó Iván “N”, quien en varias ocasiones ha sido sorprendido también por algunas personas en situación de indigencia que llegan a intimidarlos para que les den unas monedas.