De forma sorprendente y anticipada, los árboles de guayacanes, macuilis y framboyanes lucen ya las diferentes tonalidades al comenzar a florecer, a pesar de las bajas temperaturas registradas en la capital tabasqueña.
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Tomando en cuenta que estos florecen a finales del mes de marzo y primeras semanas de abril, los árboles sembrados a orillas de avenidas como Paseo Tabasco, Usumacinta, Colegio Militar, 27 de Febrero y Velódromo de Ciudad Deportiva, lucen ya su colorido a todo su esplendor.
En un recorrido realizado por El Heraldo de Tabasco en las principales calles, avenidas, y diversas zonas, se pudo constatar el fenómeno que actualmente da paso a hermosas postales de la ciudad,
Cabe destacar que estos ejemplares se encuentran ubicados algunos en unos de los sitios emblemáticos de la ciudad, tales como el parque Tomás Garrido Canabal, la Pólvora, y sus avenidas, las cuales muestran un paisaje único y con corta duración.
Por lo general, el proceso de florecimiento desde su comienzo, su permanencia y caída, transcurren seis días. Lapso en el cual debajo del tronco y las ramas desnudas, se forman especies de alfombras florales.
El fugaz colorido suele en ocasiones combinarse al mismo tiempo, pero también suele ocurrir que alguno de ellos retrasa su florecimiento y entonces se escalonan las tonalidades.
Una vez que las ramas de los guayacanes, macuilis y framboyanes, sueltan todas sus flores, de nuevo comienzan a reverdecer con sus hojas a lo largo del resto del año, comenzando el nuevo ciclo al año siguiente con la llegada de la primavera.