A renovar sus vidas antes de que concluya el tiempo de adviento, invita el Evangelio de este domingo a la feligresía católica.
Monseñor, Gerardo de Jesús Rojas López, refirió que la humanidad siempre necesitará de renovarse; renovar sus estructuras para podar avanzar con paso firme hacia la santidad.
“Necesitamos tener un corazón nuevo, renovar nuestros matrimonios, nuestras familias y nuestra iglesia”, enunció.
A lo que añadió: “Que ese Espíritu Santo que desciende sobre Jesús descienda sobre nosotros para tener una vida nueva, tener una renovación y que Dios habite en nuestros corazones como nuestro padre celestial”.
El Bautismo de Jesús marca ese momento trascendental, de cambio, que determina el futuro de Jesús. Antes de su bautismo, es seguro que Jesús se dedicó muy seriamente a pensar en su vida, en su misión.
Cuando lo vio claro, entonces se decidió. Se presentó a Juan y se hizo bautizar. Y del mismo cielo le llegó la confirmación de su misión: “Tú eres mi Hijo, el amado”. A partir de entonces su vida dio un vuelco total.
Nosotros fuimos bautizados de recién nacidos. No fue fruto de nuestra decisión sino de la de nuestros padres. Pero nunca es tarde para pensar si realmente queremos asumir aquel bautismo como nuestro.
Para decirlo de una forma simple, si queremos ser de verdad cristianos vale la pena no quedarnos en la mera mediocridad. Tenemos que tomarnos nuestra vida en serio y no ser cristianos de domingo sino de todos los días y de todas las horas.