La magistrada presidenta de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Gabriela Villafuerte Coello, sostuvo que las redes sociales se han convertido en un “arma letal” para replicar la violencia de género en el país.
En ese sentido, lamentó que hasta ahora no haya una regulación para poder detener de alguna manera los embates que por estos medios se lanzan, sobre todo, contra las mujeres.
Señaló que hubo una perversidad inmensa cuando recientemente se hicieron las reformas para la paridad en todo porque a través de las redes sociales muchas voces expresaron cosas como “la paridad no es caridad”, “se les está dando privilegios” o “es necesario que demuestren la capacidad”.
Durante su participación en el círculo de estudios “Reparación Integral del Daño, Libertad de Expresión y Violencia Política de Género” organizado por el IEPCT, Villafuerte Coello aseveró que no es necesario que existan denuncias para que los órganos jurisdiccionales apliquen la justicia a las mujeres violentadas.
Refirió que cuando el avance logrado hasta ahora por las mujeres va acompañado por altos niveles de violencia, no existe un ejercicio genuino de los derechos humanos. “Queda en una simple aspiración”, abundó.
Para la magistrada las mujeres tienen “piel de cocodrilo, de iguana vieja”, pero una cosa es que critiquen su trabajo, lo que no es admisible es que regido por el tradicional patriarcado los hombres las ataquen tratando de exhibir su vida personal.
Hizo hincapié en el “micromachismo” basado en el lenguaje sexista –como los piropos- y que no es más que pequeñas dosis de “veneno que mata” en contra del género.
Violencia permea en la política
Dijo que desafortunadamente la violencia por razón de género sigue permeando en la política, pues la mujer es víctima de constantes ataques, sobre todo, cuando hay de por medio cargos públicos o de elección popular.
Por lo que llamó a partidos políticos, asociaciones civiles, organismos públicos y la sociedad en general a poner freno a esta situación y constituirse como agentes de cambio, transformadores, a fin de hacer conciencia y erradicar los focos rojos de actuación violenta.