Este 9 de agosto se conmemora en México el Día de la Educación Especial, que es la modalidad del Sistema Educativo destinada a asegurar el derecho a la educación de las personas con discapacidades.
En el marco de la “Declaración de los Derechos Humanos” que reafirma el Derecho que todas las personas tienen a la educación, el 9 de agosto 1949, se crea en nuestro país la Dirección de Educación Especial.
Este hecho instó al Estado a garantizar la igualdad de oportunidades, para que la educación de personas con discapacidad forme parte del sistema educativo.
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Como parte de las diferentes acciones que realiza el área encargada de estos temas se encuentra la de buscar que los niñas, niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad, aptitudes sobresalientes o con otras condiciones (Trastorno del Espectro Autista, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, problemas de lenguaje y problemas de aprendizaje) reciban una atención educativa acorde a sus características, necesidades, habilidades e intereses.
Asimismo, se brinda asesoría técnica a las autoridades educativas locales, y se participa en la elaboración de documentos normativos y académicos.
En Tabasco, de los 39 mil 56 docentes que formaron parte de la plantilla de la Secretaría de Educación en el estado en el ciclo escolar 2023-2024, mil 402 eran maestros de educación especial.
Estos más de mil 400 maestros atendieron a una población de 30 mil 576 alumnos especiales, en unas 200 escuelas.
Una de estas maestras de educación especial es Gabriela Hernández Jiménez, quien tiene 9 años de servicio.
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Es licenciada en Educación Especial en el área de Discapacidad Intelectual y Maestría en Desarrollo de Competencias Docentes.
Actualmente labora en el área de Apoyo Pedagógico en la Escuela Secundaria Técnica número 1 en el turno vespertino.
Para ella el trabajar en Educación Especial es una experiencia profundamente transformadora.
“Es caminar con la convicción de propiciar espacios educativos diferentes, con impacto de respeto para lograr el máximo potencial de los alumnos, es tomar de la mano a infancias para lograr el máximo potencial de los alumnos, es tomar de la mano a infancias para lograr la plenitud en su desarrollo y que su vez vayamos creando vínculos que fortalezcan la tríada de desempeño académico, social e individual; personalmente es sentir satisfacción por aportar un granito de arena a la nueva perspectiva de atención a la inclusión y diversidad”, afirmó.
Sobre lo que más disfruta de su trabajo, dijo que es la superación de los retos a los que como maestros se enfrentan.
“Me causa felicidad romper el sello de la limitación con la que iniciamos el camino del aprendizaje, para algunos puede parecer simpleza, pero para los niños con condiciones específicas son grandes logros, y esa es la máxima celebración”, destacó.
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Señaló que esta pasión requiere una gran dosis de paciencia, empatía y creatividad, ya que cada estudiante es único.
“La satisfacción de verlos progresar, aprender nuevas habilidades y ganar confianza en sí mismo, es incomparable, además este rol fomenta un sentido de comunidad y colaboración entre todos los agentes involucrados, ser Maestra de Educación Especial es sin duda la vocación que me hace crecer todos los días como ser humano”, enfatizó.
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Cabe señalar que la educación inclusiva supone un modelo de educación que pretende atender a las necesidades de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos considerando especialmente aquellos casos en los que puede existir un riesgo de exclusión social. De acuerdo a la especialista, no se trata sólo de prestar atención a personas con discapacidad sino a todo el alumnado sin distinguir por la raza, la condición social, la cultura o la religión, entre otros aspectos.
