Luego de que el gobierno del estado instruyó a su gabinete al manejo escrupuloso de los recursos públicos, el Obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López, afirmó que deben realizarse recortes a gastos superfluos y no a los programas que apoyan a la gente más necesitada.
Indicó que el Plan de Austeridad, anunciado por las autoridades estatales, reditúe en ahorrar para hacer frente a necesidades en materia de salud, principalmente, así como la educación y la seguridad pública de la ciudadanía. “Esperamos que pueda mejorar nuestra vida social”, abundó.
En la acostumbrada rueda de prensa dominical en la Catedral del Señor de Tabasco, el jerarca católico consideró que para que haya una verdadera austeridad hacen falta los recortes al presupuesto, “pero no en los programas fundamentales o esenciales que ayuda más a la gente pobre y necesitada”.
Ellos (el gobierno del estado), -dijo- tendrán sus planes de acción, aunque consideramos que se hace falta recortar, por ejemplo, situaciones superfluas como viajes de avión en primera clase, equipos celulares costosos y otras prestaciones que no hacen falta.
De tal forma, que ese dinero se vaya redireccionando hacia otras prioridades, asuntos más urgentes y necesarios, para poder llevar mejoras a la población carente de servicios.
Monseñor Rojas López apuntó que cuando un gobierno realiza sus acciones responsablemente, las personas se realizan plenamente y, entonces, la vida moral va en aumento y madura internamente y ante la sociedad.
“Con medidas de bien común, que tanta falta hacen en nuestra sociedad, seguramente va a mejorar no solamente la calidad moral, sino la calidad de vida del hombre.
QUE SE PRESENTEN PRUEBAS SOBRE JUBILACIONES IRREGULARES
En cuanto a las pensiones estratosféricas encontradas en el ISSET, que incluso llegan a superar los salarios del gobernador y el propio presidente de la república, según declaraciones del titular de la dependencia, Fernando Mayans Canabal, Rojas López dijo que primera hay que tener las pruebas en las manos para después señalar.
“Si no tenemos las pruebas en las manos no podemos hablar su no estamos seguros, eso no es bueno, se descompone el tejido social cuando no hay fundamentos de lo que decimos, pero si hay pruebas hay que ver qué dice la legislación en ese sentido”, subrayó.