En vísperas de la visita anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Refinería Olmeca de Dos Bocas, habitantes de villa Puerto Ceiba urgieron la intervención de las autoridades en el problema de contaminación severa que parece el Río Seco.
Lo anterior ante el abrupto cambio de color de las aguas del río Seco, que pasaron de transparentes a turbias, tornándose café oscuro en algunos tramos, y rojizas en otros.
De igual manera, prestadores de servicios turísticos y restauranteros han visto decaer su actividad en más de un 50 por ciento.
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Los pobladores aseguran que nunca se había visto un fenómeno así.
Reconocen que se trata de un serio problema de contaminación y de mortandad de peces, lo cual se presentó recientemente en la Isla Andrés García, ejido también cercano a la Refinería de Dos Bocas.
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A una semana de esos incidentes, que causaron una gran alerta entre la población, principalmente en las familias de pescadores, se dio un fenómeno igual de sorprendente.
Sin que se dieran situaciones de lluvias importantes, las aguas del Río Seco en Puerto Ceiba, cambiaron de color, al pasar de transparentes a rojizas.
El cambio de color es evidente a la llegada a Puerto Ceiba, sobre todo en el corredor y en embarcadero.
Al fondo de este paisaje, lucen las instalaciones de la Refinería de Dos Bocas, que este sábado 3 de agosto de 2024 recibirán la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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Actividad turística se ha visto mermada
En esa zona opera una decena de restaurantes turísticos, cuya actividad ha descendido en un 30 por ciento, según señaló Gabriel “N”, encargado de uno de los establecimientos.
“Desde que se echó a andar la refinería el color empezó a cambiar, pero nunca se había visto de este color”, comentó.
Cabe señalar que el cambio de tonalidad es más notorio al contrastarlo con el verde de la vegetación que se aprecia al fondo, en lo que es Dos Bocas.
Por su parte, Elías de la Cruz, integrante de la Federación Turística Bucaneros, quien está a cargo de la operación de un catamarán, indicó que para ellos la actividad ha descendido en un 50 por ciento. “Antes teníamos hasta 4 ó 5 viajes al día; ahorita, nada”, comentó.
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Cabe señalar que en algunas zonas también es evidente la gran cantidad de basura y desperdicio que flota en las aguas del Río Seco.
Esta situación dejó consternadas a personas como la señora Isabel Arias, quien lamentó dicha lo que está ocurriendo en esa región.
“Estoy muy triste por lo que está pasando; la economía, nuestros peces, lo que comemos ya no lo vamos a comer a gusto, la belleza de Paraíso; y ahorita que me di cuenta estoy asombrada, nuestras nuevas generaciones ya no van a ver un río bonito”, argumentó.