A pesar de ser un emblema para el estado de Tabasco, el Parque Museo de la Venta no cuenta con un adecuado sistema de seguridad que proteja las piezas y monumentales cabezas Olmeca que ahí se exhiben. Esto lo consideró el historiador Arturo Alvarado Arpaiz, quien agregó que en los últimos años el museo ha sufrido algunos atentados.
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Precisó que los dos casos más sonados se dieron en 2009 y 2018, y se causaron daños a algunas figuras, que afortunadamente fueron revertidos al establecerse un programa de restauración para eliminar las manchas.
“Estas actividades ponen en riesgo la continuidad de la exposición de los monolitos olmecas”, dijo al participar en la sesión de debates informales organizada por el sitio Mechoacan Tarascorum. Con la conferencia El Corpus Arqueológico del Parque-Museo de La Venta: Observaciones y Diagnóstico de Conservación, Alvarado Arpaiz participó en este debate que tuvo una buena participación.
Lamentó el deficiente sistema de seguridad que hay en el museo, ya que no cuenta con cámaras de circuito cerrado que permitan monitorear el movimiento de los visitantes, además de que el personal es insuficiente ya que se cuenta con 3 ó 5 guardias en un área extensa de vigilancia.
“Además, los trabajadores no reciben capacitaciones para actuar en escenario de riesgo, desconocen las técnicas y no tienen conocimiento de los códigos y normas legislativas que protegen el patrimonio cultural, en este caso la Ley federal de Monumentos y Sitios Arqueológicos y la Ley Federal de Bienes culturales del estado de Tabasco”, expresó.
Reconoció que hablar sobre la conservación de los monolitos en el museo es un tema controversial porque los monolitos que se resguardan en el museo yacen a la intemperie, aunque forman parte de la identidad de los tabasqueños.
Señaló que el parque Museo de la Venta es uno de los sitios más emblemáticos y el museo más visitado en Villahermosa, ya que las llegadas rebasan las 10 mil a 20 mil personas anuales. Fundado en 1958, el parque ha atravesado por más de 7 transformaciones y de las 7 hectáreas se han reducido actualmente.
Lamentablemente, dijo que los monolitos de diferentes formatos están expuestos al aire libre y se ha replanteado su exhibición por su antigüedad ya que deberían preservarse para su estudio. “El primer señalamiento en cuanto a estas observaciones o críticas, lo vemos en la escultura monumental Olmeca, ya que algunos especialistas sostienen que las estructuras expuestas en algunos museos podrían destruirse”, comentó.
