Sufrimos una inundación tremenda, pero de alguna forma, hoy, vemos que no nos han dejado solos. El presidente cumplió y aunque sé que hay problemas con otros vecinos, aunque suene mal, nosotros estamos felices, pues, puedo presumirles, que el “refri” y la estufa, están funcionando al “cien”; sí sirven…
Así la breve charla –en corto- con la señora Rosaura “N”, quien recibió su kit de enseres domésticos; hoy la mujer está contenta, no lo puede ocultar, se le ve en el rostro y esa alegría la comparte con nosotros.
Sin embargo en un tono reflexivo comenta: con el dinero de los diez mil –dice doña Rochy-, levanté apenas una barda y medio compuse mi baño, y pues, no dio para más; estaba la promesa de la entrega del “refri”, de la estufa y del colchón, y finalmente llegó, y puedo presumirles, que el “refri”, de volada lo puse en funcionamiento y enfría, expuso la joven señora vecina de la ranchería Monal en su tercera sección.
Accidentalmente se llegó a su casa, en donde tiene una –ahora sí-. que humilde tiendita donde lo mejor, hoy, la venta de refrescos. Emocionada nos enseñó su electrodoméstico en donde mantenía metidas las “aguas”.
“Ya estrené –abundó- mi “refri”, mi estufa, mis licuadora, mi ventilador”, y fue la pregunta, sobre el colchón, la que no pudo responderme, sólo se tiró la carcajada.
“Y No nos queda más que dar las gracias, porque sí nos hacía falta, todo nos hacía falta, concluyó doña Rosaura”.