El 2 de octubre ha quedado grabado en la memoria de los mexicanos como la peor tragedia de la historia, donde elementos del Ejército, por orden del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, abrieron fuego contra estudiantes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas.
Los jóvenes se habían congregado en un mitin, denunciando abuso policial por parte de granaderos del Distrito Federal al intervenir violentamente en una gresca entre alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en la Ciudadela (Balderas). A partir de esa agresión, comenzaron a realizar diversas movilizaciones, y recibían constantes represiones por parte de elementos del estado.
Las manifestaciones causaron revuelo entre la sociedad y el gobierno al estar cercana la fecha de la inauguración de las Olimpiadas en el País, lo que aseguran, fue el detonante para que la represión subiera de nivel.
Durante la protesta, el Ejército rodeó todas las salidas de la plaza utilizando cerca de 300 tanques ligeros, y a casi dos horas de haber iniciado, del cielo comenzaron a lanzar bengalas, señal que daría la pauta para que iniciaran los ataques. Una fila de militares, y elementos de la Policía Judicial Federal, abrieron fuego contra los presentes, entre ellos, gente que no era parte del movimiento.
Se dice que la matanza duró más de dos horas, y que algunos representantes de los estudiantes fueron detenidos, desvestidos, torturados, reprendidos y asesinados en la Plaza.
Testigos y sobrevivientes de la matanza han relatado que los policías y militares impidieron la entrada de ambulancias de la Cruz Roja y la Cruz Verde, por lo que muchos quedaron tendidos ahí, agonizando, en la plaza de Tlatelolco.
Horas más tarde de la tragedia, los medios de comunicación dieron la noticia de que la acción militar se había dado como una respuesta a un foco de agitación por parte de los manifestantes, y que la tranquilidad durante los Juegos Olímpicos estaba garantizada, ya que faltaban 10 días para la inauguración.
Al día siguiente, la noticia encabezó las portadas de todos los diarios de la nación, y para los mexicanos, la fecha se ha convertido en una herida abierta ante un gobierno que pasó a la historia como represor.
Ante los hechos, cada año es realizada una marcha en memoria a las personas asesinadas, desde la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo capitalino o viceversa, pero debido a la pandemia este año el plan cambió; sin embargo, el comité 68 Pro- Libertades democráticas, dio a conocer a través de redes sociales que harían un acto político y cultural en la plaza, de las Tres Culturas, lugar donde se dio el asesinato a decenas de estudiantes.
El hecho histórico continúa trascendiendo entre las nuevas generaciones y en el día conmemorativo, ocupa los primeros lugares de tendencia en Twitter.