El dragado y desazolve de los ríos y drenes del estado de Tabasco se está convirtiendo en un barril sin fondo. Durante el 2019 y 2020, la Conagua firmó ocho contratos que de poco sirvió ante las lluvias y desfogue de las presas del Grijalva en los últimos meses del año 2020, lo que llevó al presidente, Andrés Manuel López Obrador, a meter a la Secretaría de Marina a la limpieza de los ríos con pobres resultados después de una inversión de más de 700 millones de pesos, que ha llevado a la Conagua regresar a dragar en este 2022 con dos nuevos contratos y una nueva solicitud para continuar dragando los ríos de Tabasco en los próximos meses.
La tormenta tropical Karl encendió las alarmas a mediados del mes de octubre del año en curso, cuando el miedo de una nueva inundación recorrió el estado. A pesar de la promesa presidencial de que no se volvería a inundar, repetida después de las afectaciones sufrida en la entidad a finales del año 2020, en la que el Titular del Poder Ejecutivo federal solicitó a la Secretaría de Marina (Semar) se hiciera cargo de los dragados de los ríos del estado de Tabasco, la posibilidad de una nueva inundación no se han alejado.
La orden presidencial llevó a la instancia a comprar 12 equipos de dragado con proveedores del extranjero que entregaron las compras en el puerto de Veracruz. La facturación de los equipos llegó a 738 millones 212 mil pesos, los cuales empezaron a sacar materiales de los ríos tabasqueños desde el año 2021, con la finalidad de quitar los obstáculos que impiden desaguar los ríos hacia el Golfo de México.
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Sin embargo, en más de un año de trabajo la dependencia militar solo ha logrado quitar obstáculos un poco más de 50 kilómetros del Rio González y el Dren Victoria, lo que representan un 17 por ciento de los 312 kilómetros que debe limpiar antes de que termine este sexenio y sólo de la cuenca del Río Grijalva, ya que la parte del Río Usumacinta no se programó alguna actividad de limpieza, por lo que ahora la Conagua ha regresado a la actividad de contratar con terceros y que sólo dejó de realizar en 2021, cuando se supone que los militares darían mejores resultados.
La Semar no pudo con los ríos de Tabasco
Con más de un año de trabajo en los ríos del estado, la Semar sólo reporta un avance del 17 por ciento del total de kilómetros de cuerpos de agua que se limpiarán antes de que termine el año 2024, por lo que a ese ritmo cumplir con el compromiso presidencial se llevará más de seis años.
Ante la lentitud, la Conagua, quien durante años ha contratado el servicio de dragado, ha regresado a la actividad de desazolve de ríos. Durante 2019 y los primeros meses del 2020 firmó ocho contratos por 52 millones 686 mil pesos para el dragado y desazolve de ríos del estado.
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Sin embargo, ante la llegada de la Marina, en 2021 dejó esta actividad. Los datos proporcionados por la dependencia normativa del agua muestran que en 2022 firmó dos más por 18 millones 318 mil pesos, por lo que en total, durante 2019, 2020 y 2022 la dependencia federal ha desembolsado poco más de 71 millones de pesos para el dragado de los ríos de Tabasco.
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Las acciones que realiza no son complementarias al trabajo de la Semar, como lo demuestra la Manifestación de Impacto Ambiental que la dependencia del agua presentó a la Semarnat el pasado 17 de noviembre para su autorización y que busca el dragado del río El Mango desde su Inicio en la confluencia con el río San Cipriano hasta su descarga en el río Pastal, en el municipio de Nacajuca, la cual es la acción número seis del Plan Integral de dragados en el estado de Tabasco a cargo de la Semar. Al parecer la dependencia militar no pudo con los ríos de Tabasco y ha requerido que la Conagua entre en su ayuda.
En conjunto, la Semar y la Conagua han invertido más de 800 millones de pesos en acciones de dragado de ríos sin lograr la tranquilidad de los tabasqueños quienes con cada nueva caída atípica de lluvia, ven llegar el miedo de perder sus bienes.