Fernando Mayans Canabal, quien recientemente presentó su renuncia como director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET), habló sobre su gestión al frente de la institución y dejó en suspenso sus futuras aspiraciones políticas.
En una declaración emitida tras su salida del ISSET, Mayans Canabal afirmó que dejó la institución en mejores condiciones de las que la encontró. Incluso pese a lo que se ha denunciado por los mismos derechohabientes, uno de los logros destacados por Mayans es el aumento del abasto de medicamentos, que según él pasó del poco más del 20% al 88% durante su mandato.
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Mayans Canabal también señaló que el ISSET ahora funciona de manera eficiente y que ha habido un aumento en la afluencia de pacientes a la institución.
En cuanto a su relación con el gobernador, Carlos Manuel Merino Campos, Mayans Canabal manifestó su aprecio y amistad hacia el mandatario estatal, lo que sugiere que su renuncia al ISSET no fue el resultado de discrepancias insalvables con la administración actual. Sin embargo, en una anterior ocasión el mandatario había respondido a Mayans sobre el déficit en el sistema de pensiones y jubilaciones.
Merino Campos indicó en su momento que no hay problemática que afecte las pensiones mensuales, las cuales serán solventadas de manera regular, además dijo que los señalamientos pudieron tratarse de una equivocación; "todos entramos en un tipo de trance o algo así que puede haber un lapsus, no", refiriendo al director general del instituto.
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Por otra parte, respecto a su futuro político, Mayans Canabal no ha descartado la posibilidad de participar en contiendas electorales futuras, aunque afirmó que actualmente se dedica a "cuidar enfermos".
Cabe mencionar que la renuncia de Mayans Canabal al cargo de director del ISSET se produjo en medio de controversias y señalamientos de irregularidades dentro de la institución. Estos problemas incluían cuestiones financieras relacionadas con el sistema de pensiones y jubilaciones, así como la sugerencia de que el gobierno estatal debía intervenir para garantizar la continuidad de los subsidios a más de 15 mil trabajadores. El exdirector del ISSET había advertido que la situación era crítica, describiéndola como "una bomba de tiempo."