Villahermosa está de fiesta. Este 24 de junio se cumplen 456 años de su fundación, y qué mejor forma de conmemorar esta fecha que conociendo un poco de la historia que enmarca a la capital del estado de Tabasco y cabecera del municipio de Centro.
En este marco, entrevistamos al arquitecto Víctor de Dios Olán, quien nos platicó acerca de una de las arterias viales más emblemáticas de la ciudad: Paseo Tabasco.
“El boulevard Manuel Gil y Sáenz, primer nombre que se le dio a la avenida a principios de los años 50, es un elemento urbano muy importante de mencionar. Fue durante la gestión del general Miguel Orrico de los Llanos (1955-1958) que se inauguró una nueva vialidad llamada boulevard de la Revolución; el primer elemento era una glorieta con un pebetero de autor desconocido que se encontraba como remate de la calle Marcos Díaz, hoy conocida como Plutarco Elías Calles de la colonia Jesús García”, narra De Dios Olán.
De factura sencilla, el módulo tenía un poco de influencia Art-Decó en su fase más tardía. “Considero que se trataba de un pebetero por similitud con elementos de este tipo ubicados en otras latitudes; sin embargo no encontré datos si esa fue su función y si hubo en algún momento una flama como recordatorio de la gesta revolucionaria”, indicó el entrevistado.
Este elemento urbano se mantuvo hasta principios de la década de los años 70, cuando la vialidad nuevamente cambió de nombre por el que hoy la conocemos: avenida Paseo Tabasco.
El profesionista continuó: “el resto del boulevard era ocupado por unas pequeñas glorietas en las que se levantaban basamentos cuadrangulares de concreto, de diseño muy simple y con un busto de bronce en la parte superior que fueron inaugurados el 20 de noviembre de 1958 por el entonces gobernador Miguel Orrico de los Llanos, y se ubicaban en el boulevard de la Revolución; el primero de ellos era Venustiano Carranza, instalado frente al parque Manuel Mestre; el segundo, José María Pino Suárez, ubicado en el cruce con la avenida 16 de septiembre, hoy conocida como Gregorio Méndez; el tercero era Francisco I. Madero, colocado en la intersección con la calle del Trabajo”.
Víctor de Dios dijo desconocer el destino de los bustos de Venustiano Carranza y Francisco I. Madero cuando se remodeló la vialidad y se rebautizó con el nombre de Paseo Tabasco en el año de 1964; el busto de José María Pino Suárez fue colocado en Plaza de Armas, conocida en aquel entonces con el nombre de Plaza José María Pino Suárez.
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