El delegado regional de la Mesa Nacional de Padres de Familia, Freddy Lanestosa Contreras, habló sobre una problemática que parece persistir en el sistema educativo: las cuotas escolares en planteles de nivel básico.
A pesar de que se insiste en llamarlas 'voluntarias', la realidad es que muchas instituciones exigen estas cuotas a los padres, añadiendo una carga económica adicional a las ya agotadas carteras familiares. Lanestosa no solo destaca la preocupación de los padres por estas cuotas, sino que también critica cómo estas prácticas están erosionando aún más la economía familiar, en un momento en que los gastos por el regreso a clases ya son significativos.
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El caso de la escuela Tomás Garrido Canabal en Teapa, donde la cuota inicial de mil pesos generó un clamor de descontento por parte de los padres, resalta la problemática. Aunque la cantidad se redujo a 250 pesos tras la protesta, Lanestosa enfatiza que la discusión no debería girar en torno a cuánto se cobra, sino en si deberían existir estas cuotas en primer lugar.
Lanestosa sostiene que este enfoque de cobro a los padres está mal enfocado. Argumenta que la responsabilidad de financiar el mantenimiento de las instituciones recae en las autoridades estatales y municipales, no en los padres.
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Insiste en que las instancias gubernamentales deberían ser las que provean los recursos para asegurar un ambiente de aprendizaje adecuado. Lanestosa también plantea una cuestión crucial: ¿dónde está la garantía de una educación pública verdaderamente gratuita si los padres se ven constantemente presionados para contribuir económicamente?
La indignación de los padres por estas cuotas, sumada al cuestionamiento de la verdadera gratuidad de la educación, destaca un problema sistémico que merece una reflexión más profunda.