El joven tabasqueño que se volvió viral luego de dar su testimonio sobre el accidente de la L12 del Metro en la CDMX, Miguel Ángel Córdova Córdova, fue seminarista, pero un día desapareció y dejó de tener contacto con su familia, con quien no tuvo ninguna diferencia.
Así lo señaló en entrevista su hermano, Eusencio Córdova Córdova, avecinado en el Poblado Olcuatitán. “Él se fue a un seminario, estuvo hasta 2015. Cuando regresó, dijo que ya no iba a seguir, simplemente dijo que ya no quería, ya no se hallaba y que se iba a quedar aquí con nosotros, e iba a trabajar”.
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A los dos días lo llamaron de la Ciudad de México, diciéndole que tenía que ir a arreglar algunos asuntos, ante lo cual sus familiares lo apoyaron con el dinero del pasaje y se fue. Sin embargo, nunca llegó a donde debió llegar.
“Nos informaron que nunca llegó, posteriormente nos habló un taxista de aquí de Villahermosa, que tenía todas sus pertenencias: tenía su ropa, su maleta, sus papeles, tenía toda su documentación” misma que a decir del taxista, Miguel Ángel le dejó en garantía porque no contaba con el dinero para pagarle la tarifa, relata Eusencio. El taxista les ofreció que le pagaran la tarifa y les entregaba las pertenencias, y les indicó el lugar en donde lo había dejado.
Cuál es la sorpresa ahora que resulta que está vivo. Nosotros lo que queríamos es ir a buscarlo, pero al ver su declaración de que no quiere saber de su familia, pues nosotros lo entendemos
Al ver que “Angie” no aparecía, su hermano interpuso una demanda ante la Fiscalía, con número de expediente es el 900-2015, pero posteriormente les informaron de su supuesta muerte. “Lo estuvimos buscando, lo difundimos en distintos medios locales; a los 15 días de estar buscándolo, la Fiscalía nos notificó que había encontrado un cuerpo con todas sus características, y que lo fuéramos a identificar; nosotros fuimos pero el rostro y parte del cuerpo estaban ya en estado de descomposición.
“Lo que nos dijo el forense es que la fecha de muerte coincidía con la fecha de desaparición de él, llevaba aproximadamente 14 días de muerto, y se encontró en la ubicación donde decía el taxista que lo había dejado que fue en la zona del malecón, por el mirador, no recuerdo bien en qué parte pero sí fue en esa zona”, explica Córdova.
Los familiares acudieron a hacer el reconocimiento. Señalan que la cara ya no tenía forma pero que varias señas particulares coincidían, como un tatuaje en uno de sus hombros, una cicatriz de una operación en la pierna, e incluso la ropa coincidía con la descripción dada por el taxista que lo vio por última vez.
Posteriormente, la Fiscalía les hizo entrega del cadáver, y ellos procedieron a velarlo y darle cristiana sepultura de acuerdo a las costumbres del lugar. Por lo mismo, los tomó por sorpresa la noticia de que está vivo, pero lo identificaron plenamente.
SORPRENDIDOS POR SUS DECLARACIONES
“Después de verlo, le comenté a mi mamá Micaela Córdova; se nos puso mal, ella es diabética, hipertensa, tiene colesterol, la presión, padece de muchas enfermedades. Posteriormente, ya que controlamos a mi mamá, yo hice una publicación donde mencionaba que lo estábamos buscando y queríamos platicar con él.
“El día de ayer en la noche él dio una entrevista, y a nosotros nos sorprendió la declaración que él dio, porque dice que se fue a los seis años; menciona a su padre Anastacio Córdova, menciona a mi abuelo, menciona a todos, incluso dice que nosotros somos 9. Pero hay ciertas inconsistencias que no cuadran. Por ejemplo, él no se fue a los seis años; él se fue a los 15 o 16 años; estudió en el jardín de niños aquí; en la escuela primaria Manuel Altamirano de aquí; en la escuela secundaria general Emiliano Zapata perteneciente a Guatacalca; los primeros dos semestres de preparatoria los hizo aquí en el poblado de Guatacalca, en el plantel número 1”, expone.
Después, Miguel Ángel optó por entrar al seminario, tiempo durante el cuál Eusencio asegura que siempre tuvieron contacto con él; incluso les enviaba fotos y platicaban con él. Y afirma que no tuvieron ningún conflicto, por lo cual se muestran sorprendidos de sus declaraciones.
“Él dice prácticamente que se fue porque era maltratado aquí con su familia, y que se fue a la edad de seis años, cosa que no es así. Nosotros lo que estábamos planeando el día de ayer con mis hermanos era ir a buscarlo”, aclara Córdova Córdova, quien señala que son ocho hermanos: tres varones y cinco mujeres.
SU PADRE FALLECIÓ CREYENDO QUE “ANGIE” ESTABA MUERTO
Eusencio Córdova comparte que su papá enterró el supuesto cadáver de su hermano; y fallece al año y medio o dos años por complicaciones de la diabetes, mal contra el cual luchó por 13 años. Murió creyendo que su hijo mayor había perecido.
“Cuál es la sorpresa ahora que resulta que está vivo. Nosotros lo que queríamos es ir a buscarlo, pero al ver su declaración de que no quiere saber de su familia, pues nosotros lo entendemos; lo único que queríamos es que si hay alguna persona que logre comunicarse con nosotros, por lo menos que hable con mi madre, que le dé una explicación.
“Nosotros decíamos que tiene algún problema mental, pero él se ve lúcido, él se ve que todo lo que dice tiene sentido, incluso los nombres de los familiares, todo coincide, nada más que hay pequeñas cosas que no tienen nada que ver, que no encajan”, inquiere el hermano.
Al conocer que Miguel Ángel se dedica a juntar latas para obtener 20 pesos, gastar 11 en comida y dormir debajo del metro, sus familiares se conmovieron al saber que está sufriendo por su gusto.
Por ello, reitera que las puertas de su hogar están abiertas por si el joven radicado en la CDMX decide regresar: “si es su voluntad y quiere regresar, las puertas de la casa están abiertas y permanecerán abiertas todo el tiempo; diría uno, nosotros no podemos cerrarle la puerta porque es nuestro hermano, independientemente de los problemas o las circunstancias que lo hayan llevado a tomar esas decisiones, pues solamente él sabrá, y nosotros no somos nadie para juzgarlo”, concluyó.